La localidad allerana de Boo celebró ayer su procesión de La Soledad. Es el paso más tradicional de las Cuencas, con cerca de un siglo de antigüedad. Acudieron más de un centenar de feligreses, que recorrieron las calles del pueblo con las imágenes de la Virgen de la Soledad y el Cristo Crucificado.

El paso de Boo se ha suspendido, a lo largo del último siglo, en contadas ocasiones. Tan sólo los años en los que la meteorología fue tan mala que no dejó que los feligreses salieran de la iglesia. Esta vez, aún con las nubes amenazando, los vecinos pudieron salir del templo. El párroco de la localidad, Andrés López, está enfermo y fue sustituido por Enrique Álvarez Moro.

La procesión salió a las ocho de la iglesia de San Juan, en la parte baja del pueblo. La tradición marca que los feligreses recorran toda la localidad escenificando Vía Crucis. La primera parada es en la Plaza Vicente Prieto, donde los feligreses pararon para rezar la primera estación del Calvario de Cristo.

Las paradas se sucedieron en siete puntos del pueblo en el ascenso, hasta llegar al barrio de El Fontán (cerca de Villa Hermosa) y escenificaron otras siete estaciones de vuelta a la iglesia de San Juan. Los vecinos están satisfechos con la acogida de esta procesión, a la que incluso acuden personas de fuera del municipio.

Todos los años, los vecinos portan las mismas imágenes. Se trata de la talla de la Virgen de Fátima, caracterizada como la Virgen de la Soledad. También el Cristo crucificado.

Otras procesiones

En Pola de Lena también hubo procesión, aunque es menos veterana que la de Boo. En concreto, el paso se recuperó en el año 2008. Igual que en Blimea, otra localidad que desde entonces sale en procesión cada Jueves Santo. Y en la localidad de El Condao, en Laviana.

En Campomanes tampoco han perdido su paso más tradicional. Y tendrá lugar mañana: se trata de la procesión del Santo Encuentro. Es la última de la Semana Santa en las Cuencas y representa la resurrección de Cristo.

Se celebra desde mediados del siglo pasado.

En este paso, un grupo de feligreses portan a la Virgen por la localidad. Mientras tanto, el párroco del pueblo encabeza la comitiva que lleva al Señor resucitado. Las dos imágenes se encuentran en el Cruce principal de la localidad. Es entonces cuando los feligreses despojan a la imagen del manto negro para convertirla en la Virgen de la Inmaculada. Es la más multitudinario de los pasos de los valles mineros.