El pozo Polio pronto cumplirá un cuarto de siglo sin actividad. La que fuera una de las explotaciones más emblemáticas de Hunosa luce actualmente en ruinas. Los dos castilletes gemelos que apuntalan la vieja mina se resisten a postrarse ante la realidad, aunque no pueden disimular el sentimiento de abandono. El valle de San Juan ha sido uno de los rincones más castigados por el desmantelamiento minero y, sin embargo, los pueblos de esta zona de Mieres no han conocido el sabor de las inversiones. Ahora, las asociaciones vecinales se han unido para reclamar que se corrija un "agravio histórico".

La plataforma "La Güeria San Juan también existe" acaba de constituirse con los respaldo de una decena de asociaciones vecinales. Alberto Álvarez, conocido popularmente como "Berto Barredo", ha asumido la presidencia del colectivo. "Las diferentes iniciativas tomadas hasta el momento por las administraciones se han mostrado a todas luces insuficientes y han condenado a esta zona a vivir una situación de desindustrialización, proyectando una imagen hacia el exterior dañada y bastante deteriorada", remarca Álvarez.

La nueva plataforma vecinal aspira a conseguir que las administraciones se involucren en actuaciones que logren revitalizar un territorio totalmente deprimido. "El problema no es sólo que nos hayamos quedado sin minería y que no tengamos una industria alternativa, la cuestión es que en todo el valle apenas hay ya negocios, ni una zapatería ni un ultramarinos", señalan los portavoces de la comunidad. El ecoturismo, la agricultura y la restauración del patrimonio industrial minero son los campos que el colectivo sostiene que ahora se deben explotar.

La Güeria San Juan espera la reutilización del terreno despejado que se extiende delante del castillete y del edificio del polvorín del pozo Tres Amigos, sin actividad extractiva desde 2000. La reivindicación social es mucho más amplia. Los portavoces vecinales reclaman la regeneración de escombreras, transformándolas en zonas de repoblación forestal, así como la implantación de zonas bioclimáticas, donde se conjuguen diferentes actividades de tipo lúdico social y cultural. Exigen un compromiso "real" de la empresa Hunosa con la participación, colaboración y cesión de terrenos para proyectos innovadores. También demandan "planes específicos de ayudas a viviendas y de flexibilización y discriminación positiva respecto a los laborales".

Los vecinos del valle de San Juan se sienten "olvidados" por las administraciones: "En las Cuencas se han invertido cientos de millones de los fondos mineros, pero aquí no hemos visto ni un solo euro", se quejan los dirigentes de las asociaciones. El último golpe ha sido el cierre del hospital comarcal, que tras medio siglo de actividad en Murias se trasladó hace dos años a Santullano. La asociación "El Maeral", que actualmente está poniendo en marcha una gran cooperativa comarcal vinculada al aprovechamiento forestal y agrario, ha presentado una ambiciosa iniciativa para el aprovechamiento del antiguo equipamiento sanitario. Esta plataforma plantea desarrollar un centro de investigación y formación agrícola. La inversión necesaria se estima en 372.000 euros y la asociación planea poder cubrir este gasto a través el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader) 2014-2020. La nueva plataforma defiende éste y otros proyectos: " La promoción de una oferta turística específica y ligada a los valores naturales, paisajístico, culturales e industriales de la zona es otra vía a explotar", señalan.