Una amenaza de más de 700 toneladas sobre los hombros de los vecinos de Boo. Este es el peso estipulado en los informes técnicos del macizo que puede desprenderse sobre la localidad. El Ayuntamiento de Aller ha puesto en conocimiento del Gobierno del Principado de Asturias los últimos informes técnicos de una ingeniería contratada desde la Administración local. No son nada halagüeños: apuntan a que la roca está "muy fragmentada" y podría desprenderse en cualquier momento.

El problema de la peña de Boo, localizada en El Picu (la zona más alta de la ladera sobre la que se asientan los principales barrios de la localidad), vienen ya de lejos. El Colegio de Geólogos de Asturias ha confirmado que la vigilancia sobre la mesa de piedra empezó ya en los años 80. Es por eso que reclaman una actuación "urgente" y una vigilancia de cerca porque, de registrarse movimientos "peligrosos", buena parte de la localidad tendrá que desalojarse.

La magnitud del macizo sobre el que está esa peña, que puede desprenderse, ha alertado a los técnicos. La última medición, con fecha 6 de abril de 2017, cifra en 400 metros cúbicos la envergadura de la peña. Los técnicos estipular que cada metro cúbico tiene un peso de 1.800 kilogramos. Así, el resultado total es de unas 720 toneladas.

Aclaran que, en caso de un desprendimiento, sería difícil que todo el macizo se viniera abajo. Sí alertan de que sólo el desprendimiento de dos metros cúbicos de la roca, con un peso de 3,6 toneladas, "tendrá unas consecuencias fatales para el pueblo". La roca está tan desfragmentada que su estabilidad "es impredecible": "Puede no ocurrir nada en treinta años o caer dentro de media hora", explicaron los técnicos a los responsables vecinales.