El artista mierense Gonzalo Prado Grela evocó ayer su niñez para rastrear en el tiempo su primer contacto con el cobre, el material con el que ha dado forma a la mayoría de sus obras escultóricas. Lo hizo en el marco del inicio de las fiestas de Santa Cruz, su pueblo natal. Recodó cómo recogía hilos de cobre en la escombrera en la que trabajaba su padre y luego, tras fundirlo al fuego, lo vendía en una chatarrería obteniendo en ocasiones hasta 300 pesetas, una pequeña "fortuna" a principios de la década de los setenta: "Es curioso como luego, en la mina, me reencontré con este metal y empecé a trabajarlo de un modo artístico". Lo tiene claro: "Mis esculturas han salido de la orilla del río".

Prado Grela pregonó ayer las fiestas de la Cruz Mayo, que se prolongarán hasta mañana domingo. Tras una dilata trayectoria artística salpicada de obras con gran visibilidad, como la que se encuentra en los accesos a la residencia geriátrica del Montepío, en Felechosa, actualmente maneja el que posiblemente sea su proyecto más ambicioso. En Corvera le han pedido que de forma a una gigantesca gaita de cobre para exponerla junto al Museo de los Países Celtas. Será la escultura de una gaita más grande del mundo. Medirá ocho metros desde el puntero a la copa del roncón, más tres de peana. "Calcula que tendrá que utilizar unos 50 kilómetros de hilo de cobre a lo que habrá que sumar grandes chapas de hierro de más de una tonelada de peso".

Las fiestas de Santa Cruz tienen hoy un maratón solidario de "spinning" , la entrega del bollu, música, verbena y fuegos artificiales.