La conferencia "El momento populista en Europa y América" marcó el punto final de las actividades que semanalmente plantea la asociación cultural "Cauce" y que se retomarán, después del merecido descanso estival, en septiembre. La ponencia, en la Casa de la Buelga de Ciaño, corrió a cargo de José Ignacio Torreblanca, profesor de la UNED y jefe de opinión del periódico "El País", y contó con la colaboración del Ayuntamiento de Langreo y el Club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas y fue organizada por "Cauce del Nalón" y la Universidad de Oviedo.

Francisco José Borge, vicerrector de Extensión Universitaria se dirigió al numeroso público asistente para evidenciar la intención de la Universidad de Oviedo "de llevar la institución a todos los rincones, y recuperar la proyección y calado que siempre tuvo la Extensión Universitaria en la cuenca del Nalón".

En la charla, José Ignacio Torreblanca manifestó que "nos ha tocado vivir un momento en el que parece que Europa camina a contracorriente y lo cierto es que los europeos somos poderosos, pero hay demasiadas cosas que nos separan. No somos capaces de defender nuestra privilegiada situación en el mundo". Subrayó cómo la crisis ha generado una gran desafección respecto al sentimiento europeo y tanto el "Brexit", como el triunfo de Trump o la presencia de Le Pen "han dejado al descubierto de qué modo algunas democracias que se consideraban modélicas empiezan a desdibujarse". Definió el populismo como "la anulación de la condición individual de los ciudadanos con la consiguiente concesión del protagonismo absoluto al pueblo, que además es sabio e infalible y no necesita más legitimación que la mayoría". Torreblanca lamentó que "el término se haya banalizado, sirva para todo y sea utilizado en cualquier discurso".

El populismo también tiene como elementos diferenciadores "el papel exacerbado que juega el líder, el recurso exagerado al plebiscito y las consultas populares y el intento de polarizar las ideas y crear votantes cautivos y muy radicales". Ejemplo de ello, sería el triunfo de Trump, un candidato "potencialmente peligroso y que ni de lejos es el mejor, pero que promete mano dura a la inmigración y la recuperación de la identidad norteamericana frente al exterior y que ha sabido manejar el caldo de cultivo que supone el odio a la izquierda en América del Norte". José Ignacio Torreblanca defendió para finalizar que "el populismo no es de izquierdas ni de derechas" ya que "estamos ante una amalgama de movimientos que parten de máximas prácticamente idénticas, que se ofrecen bajo la apariencia una diversidad que no es tal y cuyas élites tan solo pretenden instalarse en el poder a toda costa".