Cuando cayó la tardía noche de junio sobre el Museo de la Minería, en El Entrego, el pasado viernes, un extraño fenómeno sucedió. No es que las máquinas cobrasen vida, apareciesen antiguos trabajadores del cercano pozo San Vicente o las rozadoras se pusieran en movimiento, como en la conocida película "Noche en el museo". No, en el Mumi desfilaron varios de los grandes intérpretes de jazz, invocados por "The Hot Chocolates". Es un grupo gallego de magníficos músicos que, durante casi dos horas, transformaron este rincón de San Martín en la Nueva Orleans de principios del siglo pasado, en el momento del origen del jazz, el del ragtime, el swing y el dixieland. Una formación compuesta por Marian Ledesma y Miguelón (voz), Nando González (trompeta), Santi González (saxo tenor), Pablo Añón (saxo alto), Víctor Sánchez (clarinete), Diego Rodríguez (trombón), Iago Mouriño (teclados), Juan Tinaquero (contrabajo), Juan Cabe (guitarra) y Santi Roma (Batería). La actuación se incluía en la "Música en los museos", que se trasladó también este fin se semana al pozo Sotón y al Ecomuseo de Samuño, dentro de los actos del 50.º aniversario de Hunosa.

Falló la promoción y sobró el orbayu, que no impidió que la música de "The Hot Chocolates" luciera con esplendor por encima de las adversidades. Sonaron canciones clásicas y conocidas, y hasta se permitieron ofrecer un ejemplo de interpretación de una banda original de dixieland, compuesta por batería (que satisfacción produce ver tocar a uno de los buenos de muñecas), trombón, clarinete, corneta y piano. En este tema recordaron que el primer disco de jazz se grabó en 1917. Fue la "Original Dixieland Jass Band" del trompetista blanco Nick LaRocca.

Y allí, en la entrada principal del Museo de la Minería, al pairo de la niebla y el orbayu de San Xuan, fueron apareciendo por evocación figuras como Louis Armstrong, Duke Ellington, Ella Fitzgerald, Billie Holiday, Lionel Hampton Count Basie...; y desfilaron realizando el paseillo las primeras orquestas de jazz junto a los integrantes de "The Hot Chocolates". Nombre de sabor negro para músicos blancos. Como lo era el trompetista Bix Beiderbecke, el primer gran músico blanco de jazz, al que también creí ver desfilar invocado en la noche del Museo de la Minería.