Vestía una chaqueta de cuero que, de holgada, delataba una repentina delgadez. Acababa de apagar un puro señorita, vicio que decidió no dejar nunca, y arrullaba en el regazo a su inseparable "Trasgu". Dijo que se llamaba Josín Lazcano y que acudía a LA NUEVA ESPAÑA porque necesitaba ayuda urgente: "Me muero y quiero encontrar una familia para 'Trasgu'. No quiero dejarlo en la perrera". Carta de presentación rápida porque no tenía tiempo que perder. Su historia impresionó tanto que, en dos días, encontró una nueva familia para su fiel compañero de cuatro patas. Él murió el martes, en su casa, y cumplió todo lo que le había prometido a "Trasgu". Así reza la esquela: "Su más fiel, leal y querido amigo: su perro Trasgu".

La sala 1 del tanatorio de Mieres despedía ayer a Josín Lazcano con intimidad. Una familiar, amigos de la Legión y algunos conocidos de Mieres se acercaron hasta el tanatorio para darle el último adiós. "Yo lo conocía de vista, una vez subió a mi casa a lavar a 'Trasgu' y siempre me lo agradeció mucho", afirmaba Fran Romero, uno de los que se acercaron a darle su adiós. Su última historia, la que contó para pedir a gritos una nueva vida para su amigo más leal, le emocionó: "A los pocos días de leerla en el periódico, lo vi en un bar de Mieres. Me emocioné mucho y él me calmaba".

La vida de Josín Lazcano tenía capítulos para tres novelas. Fue nombrado Caballero Legionario del Tercio Duque de Alba 2.º de la Legión, como aparece en su esquela. Artista bohemio, estudió en la República Checa y narraba sus encuentros con Yoko Ono y Pipilotti Rist. En Cangas de Narcea intentó poner en marcha el proyecto "CajaLata": un centro de reunión para crear y encontrarse con sus iguales. No resultó.

Decía que el destino no era su amigo. O sí. Porque puso en su camino a "Trasgu", pero le llevó a dormir en la calle: "No encontraba ningún piso que me pudiera permitir que admitiera a mi amigo". Antes de dejarlo con su nueva familia, se despidió de su amigo: "Le he dicho que disfrute y un secreto que queda entre él y yo". Un hombre con lealtades hasta el final, como el guiño a la Legión que dejó en su esquela: "¡Siento la caricia de mi novia!".