"Una bicicleta no es un juguete; es un vehículo" advirtió José Manuel Fanjul, policía local del Ayuntamiento de Mieres y técnico especialista en educación y seguridad vial, en el coloquio titulado "Ciclismo y seguridad vial" organizado por la Asociación Cultural "Camín de Mieres" con la colaboración del Ayuntamiento mierense y el Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas. Fanjul, que repasó la normativa de circulación que afecta a los ciclistas mostró su preocupación por la evolución de la estadística de ciclistas fallecidos. "En 2016 murieron 33 ciclistas en las vías públicas españolas. En lo que va de 2017 ya suman 26, lo que a final de año nos situará en unos niveles tremendos. Hay que frenar esta sangría" dijo Fanjul.

El experto incidió en que "el 60% de los accidentes en los que está involucrado un ciclista son ocasionados por vehículos a motor". Sin embargo, recalcó que "el usuario de bicicletas viene obligado a cumplir las normas de circulación, algo que no siempre sucede. Hay que señalizar, vestir prendas reflectantes, usar casco cuando lo impone la norma, disponer de timbre e iluminación. Hay muchos ciclistas que gastan un dineral en el equipo pero que olvidan lo básico, las elementales medidas de seguridad".

Para el policía mierense existen dos clases de ciclistas: "Los que ya se cayeron y los que se van a caer. De ahí la importancia de extremar la precaución". Además, Fanjul alertó de la responsabilidad paterna en caso de infracciones de los hijos menores de edad y explicó el modo en que bicicletas y vehículos a motor deben compartir las vías públicas. "En España tenemos poca cultura de respeto entre unos y otros, entre peatones y ciclistas y entre éstos y los automovilistas. Por los cursos de educación vial del Ayuntamiento de Mieres ya han pasado unos 3.000 niños. Queremos contribuir a inculcar ese respeto entre los más jóvenes" manifestó Fanjul.

Cumplir las normas

Lorenzo Ablanedo, ex ciclista de élite y técnico de bicicletas, esgrimió que "el ciclista ha de cumplir las normas aunque el resto no lo haga, pues es la parte más débil". Asimismo, incidió en la importancia del correcto cuidado del material para evitar accidentes y lesiones. Por su parte, Vicente Merino, técnico y director deportivo de equipos ciclistas, organizador de la Vuelta a los Valles Mineros y responsable de una escuela de ciclismo, recalcó la importancia de los controles médicos, de la licencia federativa y el seguro. "En nuestra escuela, hacemos una prueba de esfuerzo a todos los deportistas" dijo, al tiempo que expuso que "los entrenamientos de ciclismo de alto nivel requieren necesariamente el uso de las vías públicas. Y eso causa problemas a la hora de compartir espacios con peatones y automovilistas".

Agustín Muñiz, licenciado en Educación Física, que participó en las olimpiadas de Moscú y Los Ángeles, centró su exposición en los beneficios de la práctica del ciclismo. "Puede practicarse sin limitación de edad, fortalece el corazón, tonifica los músculos, mejora la capacidad respiratoria, el riego sanguíneo, las articulaciones y el estado mental. También contribuye a controlar la diabetes y reducir el colesterol". Sin embargo, Muñiz, que mostró su preocupación por la falta de controles médicos previos a las pruebas deportivas, advirtió de los perjuicios de la obsesión por los entrenamientos. "Hay que disfrutar de la práctica del ciclismo, pero sin excesos. Pretender igualar a los profesionales conduce a las lesiones".

Por último, el exciclista profesional y olímpico en los juegos de Barcelona y Atlanta, Adolfo Alperi, remarcó por su parte la conveniencia de escoger bien las rutas y evitar las carreteras peligrosas por la cantidad de tráfico. Alperi, quiropráctico y masajista en la actualidad, destacó la dureza de la preparación ciclista de máximo nivel.