"Se busca chico o chica que quiera trabajar en el refugio del Meicín! Que no le de miedo quedarse sol@ en el puerto, que quiera aprender y sobre todo que le guste la naturaleza!". Este anuncio, en la página oficial de Facebook del refugio de El Meicín, recibió más de cien solicitudes. En poco más de media hora, la plaza para trabajar a 1.560 metros de altura estaba cubierta. "Fue una respuesta que no nos esperábamos", afirma Tania Plaza, gestora del refugio. Las instalaciones amplían personal para el verano, previendo una buena afluencia: el refugio recibe una media de sesenta personas al mes, aunque este año no ha empezado con buen pie por las condiciones climatológicas.

El equipamiento pasó a manos del Consistorio de Lena en mayo de 2013, cuando caducó un convenio de cincuenta años que habían firmado con la Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo del Principado de Asturias (Fempa). El Ayuntamiento sacó a concurso las instalaciones, que quedaron ya entonces en manos de Tania Plaza.

La joven emprendedora, de Langreo, anunció novedades para las instalaciones. El refugio del Meicín dejó atrás su utilidad única como refugio de montaña y pasó a servir comidas al mediodía. Menús tradicionales para afrontar las caminatas. Además, se pusieron en marcha cursos de distintos niveles para andar por la montaña en invierno. "Este es un trabajo de guía de montaña, sí. Pero también de hostelería", señaló la joven langreana. Es por eso que el perfil que estaban buscando para la plaza vacante era el de una persona conocedora de los montes, pero también sociable y con experiencia en hostelería. Sólo en Facebook, el anuncio recibió 507 reacciones y 450 compartidos. "A eso hay que sumar los 'WhatsApp', las llamadas y los mensajes directos que recibimos", afirmó Tania Plaza.

Un trabajo con demanda, a pesar de que las labores no son sencillas. El refugio del Meicín tiene ya listo el verano, pero tienen que hacer una compra periódica de productos perecederos. En agosto iniciarán la campaña de invierno, que supone portear con un burro litros de gasoil y viandas para la temporada de nieve.

La última temporada invernal no dejó buenas cifras de asistencia. Faltaba la nieve, ingrediente indispensable para que el refugio tenga actividad. Ahora, con el verano, la demanda de menús se dispara y la de camas cae en picado. La mayoría de los turistas que reciben son del norte de España. El turismo internacional, aseguran en el entorno, sigue siendo la asignatura pendiente.