El crecimiento de la generación con carbón a nivel nacional también se extrapola al Principado de Asturias. Los últimos datos publicados, correspondientes al mes de marzo, también indican un crecimiento en la producción, de casi un tres por ciento. Mientras que en el año 2016, las térmicas asturianas generaban un total de 488.172 megavatios/hora (MWh), el pasado marzo la cifra llegaba a 502.448 MWh. La generación en los meses de enero y febrero de este año también fue notable, con 1.209.585 MWh y 848.845 MWh.
En el Principado de Asturias no hay otra fuente de energía que le tosa al carbón, que generó entre enero y marzo de este año un total de 2.560.878 MWh, lo que supone el 67,8 por ciento de los 3.800.210 MWh producidos en la región. La hidráulica y la eólica son la segunda y tercera fuente de generación energética en el Principado, pero apenas llegan a 370.118 y 287.882 MWh respectivamente.
Origen
Si las cifras del carbón tanto en España como en Asturias reflejan a las claras que es una de las fuentes de energía más prominentes -en ocasiones la que más-, en el sistema eléctrico, la pregunta sería por qué el sector minero está pasando por unos momentos tan críticos. Y la respuesta, aunque dura, es sencilla. Las empresas eléctricas apuestan por la generación con carbón de importación en lugar de con mineral autóctono.
Las políticas europeas de descarbonización para reducir las emisiones han obligado a los países a ir cerrando sus minas, y España no es una excepción. Desde que entrase en vigor la Decisión 787, en el año 2010, la reducción drástica de las ayudas a la producción, unido a la obligatoriedad de devolverlas para que las empresas rentables puedan seguir operando a partir de 2018, se ha convertido en un muro casi insalvable.
No en vano, empresas de la talla de Coto Minero Cantábrico, Uminsa, o más recientemente, la Hullera Vasco Leonesa, han ido cayendo en procesos concursales o de liquidación, dejando en la calle a miles de mineros y con reservas aún por explotar en el subsuelo. El carbón es hoy el único combustible fósil que tiene España, y su futuro, como su color, pinta muy negro.
