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La residencia de estudiantes de Mieres tiene sólo 10 de sus 113 plazas cubiertas

La ocupación de la instalación, que espera mejorar con la llegada del grado de Deportes, contrasta con las de Oviedo, donde demandan más camas

Detalle de una de las salas de descanso.

La residencia de estudiantes del campus de Mieres sólo cuenta con una decena de solicitudes de cara al próximo curso académico a pesar de contar con 113 plazas, aunque el número puede aumentar en las próximas semanas. Esta situación contrasta con lo que ocurre en las residencias universitarias de Oviedo, donde la demanda es tan alta que hay lista de espera. El edificio, puesto en marcha en el año 2012, ha registrado una muy baja ocupación desde que fue inaugurado. Sin embargo, desde la Universidad de Oviedo esperan que aumente la demanda gracias a la puesta en marcha de la nueva línea de transporte entre Mieres y Gijón, así como con la más que probable implantación del grado de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte que proyecta la facultad Padre Ossó para el campus de Barredo.

El complejo residencial, ubicado justo al lado del edificio de investigación del campus de Mieres, tuvo una ocupación menor del treinta por ciento durante el pasado curso académico, dando cuenta de su infrautilización. Esta situación ha obligado, tanto a la Universidad de Oviedo como a sus gestores, a potenciar la creatividad para darle uso a la residencia, aunque fuese temporal. Así, Mieres ha acogido en los últimos años diversos encuentros, tanto deportivos como académicos, cuyos participantes se han podido alojar en las instalaciones del campus. Entre estas iniciativas se encontraba el concurso de emprendimiento organizado en el mes de junio donde participaron medio centenar de alumnos. Los jóvenes disfrutaron de la comodidad de la residencia, mientras participaban en la competición. Las habitaciones de este complejo también han sido utilizadas durante el curso para acoger a investigadores y estudiantes que realizaban estancias temporales en Barredo.

Sin embargo, el complejo sigue precisando una mayor demanda estudiantil. La puesta en marcha de una línea de transporte universitario con Gijón, que se une a las buenas comunicaciones que existen con la capital asturiana, podrían acabar de convencer a los alumnos que habían solicitado plaza en uno de los dos colegios mayores de Oviedo y se decantes por acudir al de Mieres. A su favor cuentan también con un ambiente tranquilo donde poder realizar sus estudios y menos masificado que en la capital asturiana. También tienen a sus disposición el resto de instalaciones universitarias, como el edificio científico-tecnológico, que cuenta con biblioteca y aulas informáticas, así como las instalaciones deportivas, que se encuentran totalmente equipadas.

Otra de las medidas para ampliar la demanda será la implantación del grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (antiguo INEF). La propuesta que surge de la Facultad Padre Ossó, adscrita a la Universidad de Oviedo, sería un revulsivo para el campus de Mieres y esto incluiría también a la residencia de estudiantes. En este caso no hay nada cerrado, la Universidad y el Principado tienen que aprobar finalmente el proyecto de la Facultad Padre Ossó y después pasar por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad Académica (Aneca). Un procedimiento que, si se hace de forma inmediata, podría hacer que el grado se estrenase en el curso 2018-2019.

Las obras de la residencia de estudiantes del campus de Mieres fueron adjudicadas en junio de 2007 por un importe de 4,1 millones de euros procedentes de los fondos mineros y un plazo de ejecución de 15 meses que finalmente se dilató. El vistoso edificio de la residencia de campus de Mieres consta de siete plantas. En la planta baja se encuentra la recepción, la administración, la cafetería, el comedor y la cocina, totalmente equipada. En las plantas primera, segunda y quinta hay habitaciones individuales y apartamentos y en las plantas tercera y cuarta, además de habitaciones, hay zonas comunes de cafetería, salas de estudio, biblioteca, aulas y salas de ocio con un mobiliario de diseño que destaca por su colorido. En el sótano se encuentra el parking y las instalaciones generales. En contraste con su baja ocupación, lo que sí funciona a pleno rendimiento es el servicio de cafetería y restaurante, que utilizan no sólo los estudiantes.

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