Los vecinos de Soto miran en vilo a la torre de Doña Urraca. El anuncio del Ayuntamiento sobre la resolución del informe que permitirá declarar en ruinas el inmueble -del siglo XII y catalogado Bien de Interés Cultural (BIC)- y reclamar la reparación a los propietarios o acometerla de forma subsidiaria, no calma del todo los ánimos. Los vecinos de la localidad reclaman que la administración sea ágil: "La torre se está cayendo, no va a esperar para siempre".
La torre de Soto lleva años causando preocupación en la localidad. El inmueble es el más emblemático del concejo. Pudo ser el lugar de nacimiento de doña Urraca, primera reina de Asturias e hija ilegítima de Alfonso VII de Castilla. El deterioro del inmueble fue gradual, pero se intensificó en los últimos años. El Ayuntamiento requirió en varias ocasiones a los propietarios que acometieran un arreglo, sin recibir respuesta. Así inició la tramitación para aplicar la ley que obliga a los propietarios de edificios históricos a mantenerlos, permitiendo al Ayuntamiento actuar de forma subsidiaria.
El informe de la Consejería de Cultura sobre el estado del inmueble, paso obligatorio para iniciar los trámites, ya está sobre la mesa. Los responsables de Patrimonio llaman la atención sobre la aparición de grietas y daños en las mampuestos. "En los últimos meses las grietas han crecido mucho y estamos preocupados porque sólo queda un lateral de la fachada de la torre en pie", afirmaron desde la asociación de vecinos de Soto. Hubo movilizaciones hace más de un lustro. Entre otras protestas, colocaron una pancarta en la Soto para pedir auxilio. Los portavoces vecinales matizan que "estamos satisfechos con este paso adelante, el primero en años de reivindicación, y esperamos que llegue a buen puerto".
El alcalde, David Moreno, afirmó que la tramitación comenzará "a la mayor brevedad posible". De hecho, el Ayuntamiento ya tiene reservada una partida presupuestaria para invertirla en las obras. Son 60.000 euros que, en caso de gastarse, se reclamarán luego a los propietarios.
