"El Museo de la Minería del País Vasco, situado en Gallarta (Bizkaia), abrió sus puertas en el año 2001, fruto de una iniciativa social desarrollada quince años antes por exmineros y trabajadores de la siderurgia que en plena crisis industrial veían como multitud de elementos generados por la actividad minera eran abandonados paulatinamente". Así lo expresó Aitor Uriarte, presidente de la Asociación Cultural Museo Minero al inicio de la conferencia que con el título "Protección y conservación del patrimonio minero por medio del Museo de la Minería del País Vasco" tuvo lugar en el Centro de Integración y Desarrollo del Alto de Nalón (Cidan) de Pola de Laviana.

El acto se enmarca dentro de las "II Jornadas de Patrimonio Histórico Industrial" organizadas conjuntamente por seis municipios asturianos entre los que se encuentran los de Langreo y Laviana, la Universidad de Oviedo y el Gobierno del Principado de Asturias y contó con la presencia de la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Laviana, Inés García, que puso de manifiesto "la necesidad de dar a conocer lo que es nuestro y de poner en valor nuestro patrimonio natural, histórico y cultural".

El profesor de la Universidad de Oviedo y coordinador de las Jornadas, Rubén Vega, se encargó de presentar al ponente y llamó la atención sobre el hecho de que "las poblaciones mineras lo serán siempre, aún después de que se cierre el último pozo porque la mina implica un forma de vivir que perdurará en el tiempo".

"La minería por excelencia en el País Vasco es la del hierro y poco tiene que ver con la minería asturiana, ya que requiere muy poca especialización, se usan herramientas muy básicas y se lleva a cabo casi siempre en la superficie", puntualizó Uriarte.

"En el año 86 surgió la iniciativa de un grupo de personas que querían hacer un museo de la minería y aunque en un primer momento desde las administraciones les tildaron de locos, a día de hoy, es un proyecto hecho realidad que recibe más de quince mil visitantes al año", referenció. Según expresó Uriarte, "tenemos claro que no queremos traer más personas así porque sí, ya que creemos que hay que enseñar bien las cosas a la gente y llevarles a amar lo que les enseñas sin estar solo pendientes el euro o de batir récords de visitas".

Uriarte destacó el modelo de gestión mixta del museo, "que pertenece a una fundación privada con participación pública y en el que trabajan tanto personas contratadas como voluntarias" y la idea fundamental que inspiró su nacimiento y posterior continuidad y que no es otra que la de "proteger el patrimonio buscando la implicación de la sociedad ya que no se puede proteger por decreto y es necesario que la gente se comprometa". El ponente se mostró partidario de la recuperación del patrimonio por medio del trabajo voluntario y destacó que cuentan en la actualidad con unas treinta personas voluntarias, con el único requisito exigido de "ser buena gente y no acercarse a nosotros si no es para sumar y aportar al museo, de buena fe, lo que cada uno pueda y sepa".