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ASUNCIÓN CÁMARA | Directora de la Escuela Politécnica de Mieres

"Hay que revisar la Ingeniería de Minas, la demanda ha caído pese a tener salidas"

"Tras el 'plan Bolonia' los estudios técnicos tienen menos éxito entre los jóvenes, es a nivel global, tenemos que saber transmitir mejor su valor"

Asunción Cámara. FERNANDO GEIJO

La directora de la Escuela Politécnica de Mieres, Asunción Cámara, estrena el curso académico con las miradas puestas en la mejora de la oferta formativa para lograr un mayor número de alumnos e, incluso, conquistar el mercado americano.

- ¿Cómo arranca el curso en la Politécnica de Mieres, el sexto como directora?

-Reflexionando un poco sobre la reorganización de la oferta académica que debe haber en Mieres. Las circunstancias cambian, la demanda empresarial es muy ágil, muy dinámica, y nosotros tenemos que, dentro del encorsetamiento de la administración universitaria, intentar adaptarnos. Tenemos que ser más atractivos para nuestros futuros estudiantes, para los alumnos que no acaban de ver en la ingeniería una alternativa de futuro. Eso nos preocupa porque realmente hay demanda laboral. Son campos muy atractivos que están vinculados muchas veces con carreras científicas que tienen gran demanda, y no sabemos qué es lo que acaba de pasar, que no enganchan.

- Los datos de matrícula son similares a los del año pasado.

-Se mantienen sí, pero no son los que nos gustarían. Tenemos capacidad, hemos tenido mucha más demanda en un pasado no tan lejano, antes del plan Bolonia, y no es un problema de la Escuela de Mieres, es de la ingeniería a nivel mundial. Hay mucha menos demanda tecnológica de lo que había en otros años, y nosotros, atendiendo a nuestras limitaciones, tenemos que intentar buscar alternativas para que la matrícula aumente.

- ¿El cambio al plan Bolonia afectó mucho a la Universidad?

-Sí, porque la oferta de estudios de grado se ha diversificado muchísimo. Hay mucha más oferta, que está bien, pero quizá pueda llegar a confundir, porque a veces bajo nombres demasiado rimbombantes se esconden estudios muy tradicionales que de otra manera no se hubieran elegido. Eso sí que ha sido un problema. La población juvenil ha disminuido, pero el porcentaje de reducción de los estudios de ingeniería es mucho menor que la reducción que ha habido de potenciales alumnos para la Universidad. Con este cambio, en Bolonia hemos salido perdiendo.

- ¿Ha podido afectar algo también la potenciación de la formación profesional?

-No, la FP no es una competencia, nosotros tenemos muchos alumnos que acaban la formación profesional y vienen a ingeniería, y cada vez más. Ahí sí que tenemos un buen nicho de estudiantes potenciales, con más madurez, después de haber hecho la FP superior ven que en la ingeniería tienen potencial. Yo creo que el problema no está ahí, el problema es de comunicación, de que no sabemos transmitir el valor de la ingeniería, y quizá hay un mito de que es algo imposible a la hora de estudiar, y para nada.

- Este curso se estrena el transporte directo con Gijón.

-Nos hubiera gustado que el anuncio de su aprobación se hubiese hecho un poco antes, porque hubiera podido mejorar nuestras cifras. Pero llega cuando se ha podido y lo valoro muchísimo porque consensuar a tres administraciones distintas no es nada fácil. Yo lo vi con claridad desde hace siete u ocho años, cuando empecé a intentar que se pusiera en marcha. Esperamos que con el tiempo nos acerque mucho más a la ciudad.

- ¿Cómo ha sido la aceptación del primer año del grado de Geomática?

-Está arrancando y por eso va con lentitud dentro de la demanda de la ingeniería. Hemos mejorado respecto al año pasado, pero entendemos que puede ir a más. Tiene una demanda laboral impresionante que crece porque a nadie se le escapa la utilización de drones, GPS, móviles o, en fin, cualquier cosa que significa poner un punto en un plano: Es un sector cada vez más demandado y tiene que despegar.

- ¿Cómo está funcionando el máster de caminos?

-Los números están bien y si lo comparamos con otros másteres de la Universidad no queda en mal lugar. La matrícula baja respecto al año pasado, pero era esperable porque teníamos acumulados alumnos de dos promociones de Ingeniería Civil que no se marcharon a otro sitio, que esperaron a que se pusiera en marcha el máster. Este año no tenemos esa bolsa de alumnos, pero no está nada mal. También hay que tener en cuenta que este año acaba la primera promoción del doble grado de Civil y Minas, que son alumnos con la posibilidad de entrar de forma directa tanto al máster de Minas como a Caminos. Nosotros intentaremos que se queden en Caminos.

- ¿Qué balance haría de este primer año del máster?

-Como todos los estudios que empiezan, tienen sus inconvenientes, porque hay que equipar laboratorios. El otro día tuvimos una reunión con el Rector y hay total voluntad de que poco a poco se consolide el equipamiento de los laboratorios. También se necesita tiempo, pero creo que lo conseguiremos porque tenemos un buen número de profesores, ya que se ha hecho una contratación muy fuerte en este sentido, fundamentalmente de ingenieros de Caminos. Es una cuestión de rodar y de que vayan encajando las piezas, estamos contentos.

- ¿Qué planes tiene para el resto de titulaciones que se imparten en Mieres?

-Hay que hacer una revisión profunda de ingeniería de Minas, porque ha caído la demanda a nivel nacional. Es algo que también nos sorprende porque es una carrera tremendamente versátil y con muchas salidas profesionales. Pero ha caído y hay que adaptarse al nuevo panorama socioeconómico. Estamos trabajando en eso, en hacer un reajuste de la oferta académica vinculada a la ingeniería de Minas, pero todavía estamos en pleno debate porque las opiniones son diversas y hay que escuchar a todo el mundo. Intentaremos optimizarla con los recursos que tenemos para ofrecer lo mejor. El doble grado de Minas y Civil funciona muy bien, vienen alumnos con buena nota y son estudios que hay que potenciar; el resto de las menciones tiene más dificultades, no tanto Energía que funciona bien, pero hay que hacer una reflexión y ver lo que se puede proponer para un periodo de tiempo no muy largo y poder adaptarnos a la situación.

- ¿El mercado americano es una salida?

-Es atractivo para estudiantes potenciales de máster y para nosotros es muy importante. En general para toda la universidad española, porque nos une cultura y lengua, y la comunidad de allí demanda estudios en Europa. Creo que nos podemos volver muy atractivos para ellos. Ahora mismo estamos funcionando con cursos que se imparten a lo largo del año, no reglados, no son másteres pero sí de una formación interesante. Tenemos alumnos de Perú, Ecuador y este año creo que vienen desde Colombia. Son grupos potentes de estudiantes que se quieren formar en aspectos concretos donde nosotros tenemos profesorado con destacada formación. El último grupo vino con un curso intensivo de minería subterránea, porque no tienen especialistas en su país y aquí en Asturias tenemos muy buenos profesionales. Lo que apreciamos es que este tipo de cursos que se están haciendo hace que estos alumnos vean una posible continuación con estudios de máster en nuestra escuela. Creemos que podemos, a través de esta relación, potenciar la entrada de alumnos en los másteres de la Universidad de Oviedo y la Escuela Politécnica de Mieres.

- ¿Qué ocurre con Forestales?

-Es un grado que funciona bien. El número de alumnos podría ser mayor, tenemos treinta, pero lo ideal sería no más de cuarenta. En este caso lo que tenemos que lograr es que no descienda la matrícula. También tenemos un planteamiento que estamos apreciando y es que entre los alumnos de Forestales hay una característica que se repite en toda España, que tienen muchísima afición al ámbito tropical o subtropical, les genera mucha inquietud el bosque, la selva? posiblemente porque refleja el máximo exponente del bosque ideal. Por eso vemos que estamos en buenas condiciones, debido a las relaciones de trabajo de distintos profesores de la escuela, de poder estudiar la forma de montar un posible doble grado con alguna universidad americana.

- ¿Se ha realizado algún avance en este sentido?

-De hecho, hay conversaciones avanzadas con la Universidad de Juárez, en el estado mexicano de Durango. Creemos que ahí podemos tener buen enganche, no sólo para que nuestros alumnos pudieran cursar una parte de sus estudios allí, sino para que una buena parte de los alumno mexicanos pudieran venir a nuestra escuela para obtener un doble título en Europa: Eso lo hace bastante atractivo para ellos. En relación con esto, uno de los temas que más nos preocupa es que hay que hacer atractivo el campus en todos los sentidos.

- ¿A qué se refiere?

-A los alumnos les gustan las instalaciones, el equipamiento deportivo está genial, pero tenemos que facilitar, y se lo hemos propuesto al Rector para se estudie, si se puede ofrecer en estos casos una reducción importante de los gastos de la residencia universitaria o incluso que fueran incluidos en la matrícula. Sería fantástico porque generaríamos una parte de demanda de la residencia, que está pegada al campus, y a ellos le resultaría infinitamente menos gravoso venir a estudiar. Uno de los mayores problemas cuando vienen los alumnos Erasmus y de otros convenios, incluso la gente que viene de fuera, es la búsqueda de alojamiento y a la residencia le está costando arrancar.

- ¿Puede tomarse alguna otra medida para aumentar la demanda de esta residencia?

-Nosotros no entramos en su gestión, pero somos conocedores de que la Universidad de Oviedo está intentando no sólo en ésta sino en todas, buscar fórmulas de oferta. La residencia de Mieres tiene una oferta de habitaciones quizá demasiado grande para la demanda, y es algo cara para lo que podría ser esperable en una ciudad pequeña. También pensamos que puede servir de soporte a la demanda que puede haber en Oviedo, porque no sólo la pueden usar nuestros alumnos, sino los que están en la capital. Lo vemos con nuestros alumnos cuando se van de Erasmus, que pueden acabar en residencias más lejos de su campus pero tienen transporte. Aquí pasa eso, hay buen transporte con Oviedo y sería buena opción derivar la demanda hacia Mieres: Eso sí, habrá que darles algo que compense esa distancia.

- También tienen planes para los posgrados...

-Sí, tenemos la memoria de verificación en marcha para el programa de doctorado a través de la red de investigadores del campus. Estamos poniendo en marcha el programa, ya tenemos al personal, las línea de investigación, incluso el coordinador, pero estamos en la fase de convenios con otras universidades y entidades que quieran colaborar. Previsiblemente, la memoria estará terminada a finales de septiembre o principios de octubre para que se pueda llevar al consejo de gobierno y enviarla después a la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad Académica (Aneca). De cumplirse los plazos, los alumnos podría empezar a matricularse el año que viene. Será una formación en investigación, será un poco el paraguas donde tiene que estar cualquier estudiante que quiera aspirar a defender su tesis doctoral. Nosotros marcaremos una diferencia con respecto a otros programas de la universidad, que tienen que estar adscritos a un departamento y tienen unas líneas de trabajo muy definidas. En nuestro caso no tenemos departamento, pero potenciaremos una transversalidad destacada y, aunque somos variopintos dentro de la red, nos agrupamos en dos líneas de investigación. El programa está bastante bien tejido.

- Llevan meses hablando de la implantación del grado de Ciencias del Deporte, aunque con la facultad Padre Ossó, ¿qué le parece su implantación en Mieres?

-Nos parece estupendo que se baraje la opción de que estos estudios acaben en Mieres, aunque que no sean politécnicos, porque por ejemplo en lugares como Madrid sí que están dentro de la Politécnica, con lo que no sería raro que se sumaran al campus. En cualquier caso, aunque sea una facultad independiente dentro del mismo campus, nos parece fantástico, porque ayuda a consolidar la vida universitaria y hacerla más variopinta, dará ambiente a la zona y eso es muy bueno. También se pueden aprovechar sinergias con la ingeniería, nuestro cuerpo no deja de ser una herramienta mecánica, es una máquina, la ingeniería es capaz de modelizar y analizar cualquier problema y solución que implique movimiento, puede haber una relación muy estrecha.

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