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El abandono de Requejo obliga a empezar a derribar edificios emblemáticos

El propietario de Casa Feito se ve forzado a derruir el inmueble que adquirió en el año 2000 para construir un hotel, proyecto que no autorizó el Consistorio de Mieres

Arriba, la parcela tras el derribo de Casa Feito, con la iglesia de San Juan al fondo. A la izquierda, niños jugando ante el solar. FERNANDO GEIJO

El barrio de Requejo lleva un cuarto de siglo deteriorándose debido al bloqueo urbanístico que sufre este histórico rincón fundacional del casco urbano de Mieres. Los vecinos se han quejo incesantemente de la situación a la que se han visto empujados, advirtiendo de que muchas viviendas necesitaban ser sometidas a refuerzos estructurales. Este tipo de actuaciones no se pueden abordar mientras no haya un nuevo ordenamiento urbanístico, por el que se espera desde hace 25 años. Las consecuencias son ya irreparables. Los propietarios de la mayor edificación del barrio se han visto obligados a derribar. Se trata de las instalaciones que albergaron el popular almacén de piensos Casa Feito.

La fisonomía de Requejo ha sufrido una mutación que los vecinos vinculan con un problema de desatención. En el mismo centro del viejo barrio, en su corazón, donde durante décadas estuvo Casa Feito, ya no hay más que un solar lleno de escombros. Más de un millar de metros cuadrados sin nada encima, ya que el citado inmueble ha tenido que derribarse antes que se viniera abajo por complejo.

"Si las cosas siguen así pronto habrá que derribar más casas. En Requejo quedan unos treinta inmuebles y la mitad están abandonados, muchos en ruinas", señala Perfecto Nuño, uno de los residentes que más activo se ha mostrado durante los últimos años a la hora de reclamar una solución urbanística para el barrio.

El problema que afecta a Requejo se remonta a principios de la década de los noventa, cuando un constructor compró una antigua casona y la derribó para construir un bloque de pisos. En 1993 el edificio asomó sobre los techos de teja del viejo barrio y el Ayuntamiento decidió actuar para frenar que el auge urbanístico engullera el casco viejo de Requejo. La medida se entendió, en líneas generales, como acertada. La intención municipal era desarrollar un plan de reforma interior (PERI) que pusiera coto a los desmanes inmobiliarios y mantuviera la tipología de este enclave. Los años fueron pasando y se decidió entonces modificar todo el Plan General de Ordenación Urbana, un proyecto maldito que lleva ya más de una década de gestación. Y mientras, la mitad de la casas del embrión de la ciudad ya están en el suelo o amenazan ruina.

El derribo de Casa Feito pone de manifiesto el duro castigo que está sufriendo el barrio de Requejo. Este complejo, que cuenta casi con mil metros cuadrados de superficie, fue adquirido por un empresario local hace más de quince años. El plan era construir un hotel, un proyecto que pese a que inicialmente tuvo una gran acogida en el Ayuntamiento, finalmente expiró víctima del bloqueo urbanístico que sufre el barrio fundacional de Mieres desde mediados de los noventa. El empresario que en el año 2000 adquirió la propiedad para luego chocar con la imposibilidad de obtener una licencia de obra ha tenido finalmente que atender un requerimiento de derribo.

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