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Mieres lleva 12 años tramitando su nuevo plan urbano, que aún no se ha concretado

El Ayuntamiento sigue atado al obsoleto diseño aprobado en 1995, mientras la ciudad ha visto poco a poco desaparecer barrios históricos

Una vista general del casco urbano de Mieres. J. R. SILVEIRA

El Ayuntamiento de Mieres lleva desde principios de siglo alumbrando una nueva ordenación urbana que no acaba de materializarse en un plan concreto. La tramitación de la modificación de la obsoleta normativa urbanística de Mieres se inició con el PSOE en el gobierno en el año 2005. Doce años han pasado, tiempo en el que la parálisis urbanística se ha cobrado un cuantioso peaje. En este tiempo, por ejemplo, han desaparecido, total o parcialmente, los tres barrios fundacionales de la ciudad. Las últimas viviendas de Oñón fueron derribadas en 2009, Requejo lleva ya 25 años sin normativa y la mitad del enclave está en ruinas. En La Villa la tipología tradicional hace tiempo que dejó paso a la edificación en altura.

"Del viejo barrio de La Villa ya no queda casi nada, un puñado de viejas casas que están en ruinas y han tenido que ser tapiadas", lamenta Manuel Prado, portavoz vecinal de la zona sur del casco urbano. "Es una pena, pero urbanísticamente no se ha hecho nada en Mieres, como con casi todo. No hay que extrañarse de que llevemos 13 años esperando por un plan urbano, cuando estamos sin presupuestos desde 2009". En Requejo el malestar ha ido en aumento según el barrio se ha ido paulatinamente deteriorando. "Nos dejan arreglar un tejado o un desconchado, pero hablamos de edificios que se están cayendo; que necesitan reformas integrales y el Ayuntamiento tiene bloqueadas estas licencias", señalan los vecinos.

El cogollín de Requejo, oculto tras la plaza sidrera de San Juan, está conformado por unas treinta casas de un máximo de dos pisos de altura. "La mitad están en ruinas", señala Perfecto Nuño, uno de los residentes que más activo se ha mostrado durante los últimos años a la hora de reclamar una solución urbanística para el barrio.

El último Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Mieres fue aprobado el 14 de junio de 1995, es decir, hace 22 años, con lo cual está totalmente superado y desfasado. Y es que el urbanismo en Mieres ha sufrido por la fricción política. IU gestionó este área durante el prime lustro del siglo en el marco de una pacto con el PSOE. Hubo muchas tensiones y ya en 2002 los socialistas ofrecieron a la coalición un pacto para acordar un diseño que permitiría trabajar hasta 2010. Al final, ya en 2005, el Ayuntamiento de Mieres inició las labores para revisar el plan e incluso contrató a una empresa privada, Tecnia, para realizar el grueso de los trabajos. En 2011, ya con IU en el gobierno municipal, se encargó a la citada firma una última revisión, pero surgieron nuevos problemas. Cuando todo parecía indicar que se iba a poder contar con una nueva normativa, la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Asturias (CUOTA) puso el freno al proyecto, obligando a Mieres a cambiar el catálogo de edificios protegidos.

El nuevo plan de ordenación, del que solo se conocen algunos detalles y que el gobierno local pretende aprobar antes de finales de año, descarta entre otras cosas la expansión de la ciudad hacia el norte, puesto que los terrenos que actualmente ocupa el lavadero de El Batán seguirán destinados a uso industrial. La tardanza en aprobar la nueva hoja de ruta urbanística está permitiendo, al menos, corregir actuaciones que con el paso del tiempo han perdido su sentido. Los responsables municipales reconocen que actualmente "no hay demanda" para construir promociones inmobiliarias en las laderas del valle del Caudal. Por tanto, se ha modificado en ese punto el plan.

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