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El hospital de la fauna, sin uso en siete años, se blinda para evitar actos vandálicos

Todas las puertas y ventanas del edificio, de una planta pero con más de 4.000 metros cuadrados de superficie, se han enrejado para que no haya robos

La fachada del hospital de la fauna, con las estructuras metálicas de protección en las áreas de acceso. F. R.

El miedo a los actos vandálicos ha llegado hasta lo más profundo del parque natural de Redes, al área de El Castrín, donde se encuentra el denominado hospital de animales. Una instalación que costó cuatro millones y medio de euros y que está parada, sin uso, y sin perspectivas de tenerlo a corto plazo. Por eso, el Principado de Asturias ha decidido enrejar todas las puertas y ventanas del colosal edificio, que mide alrededor de cien metros de largo. Hasta el momento, eso sí, no se habían producido ataques a sus instalaciones, pero la medida se toma para "prevenirlos" y evitar daños dentro del inmueble.

El alcalde de Sobrescobio, Marcelino Martínez -es en este concejo del parque de Redes en el que se encuentra ubicada la instalación- confirmó que en el centro "no se han producido actos vandálicos", pero que por precaución, se han instalado las decenas de rejas metálicas que tapan ventanas y puertas en el inmueble. El objetivo es claro: mantener alejados de la zona a los amigos de lo ajeno, ya que el acceso al hospital de la fauna es relativamente sencillo. En su interior, además, hay cientos de metros de tuberías, ya que se trata de una construcción de una única planta pero de 4.076 metros cuadrados de superficie, bastante más de la mitad de lo que ocupa el terreno de juego del campos de fútbol como el Camp Nou o el Bernabeu (7.140 metros cuadrados). Las instalaciones eléctricas, de fontanería y la carpintería metálica son el tipo de botines que buscan habitualmente los ladrones que entran en edificios abandonados o sin vigilancia. El centro de la fauna de Redes está sin uso, en una zona aislada, que lo hacía candidato a que cualquier día sus puertas apareciesen reventadas y sus estructuras internas, robadas.

Tanto el hospital de animales como la Casa del Urogallo -los dos proyectos "estrella" para captar visitantes del parque de la fauna ideado por el Gobierno de Vicente Álvarez Areces- se encuentran cerrados siete años después de terminar las obras de los edificios. El centro de recuperación de El Castrín tuvo un coste de 4,5 millones, y se diseñó para recuperar especies amenazadas y favorecer la vuelta a su hábitat de animales heridos recogidos en el entorno natural. En los siete años que han pasado desde que terminase su construcción se ha usado en dos ocasiones con este fin: para curar a las osas "Molinera" y "Lara", cuatro meses en total.

En las preguntas realizadas por la oposición parlamentaria sobre por la puesta en marcha del equipamiento, el Principado expuso que su intención era abrirlo de forma parcial, paulatinamente. Esta planificación hace más de año y medio que se anunció. El proyecto original contaba además con una segunda fase que no llegó a realizarse. Con este añadido se alcanzaban los 7 millones de inversión. Una vez terminados los trabajos, los visitantes podrían ver a los animales en proceso de recuperación en un cercado de 6,3 hectáreas de superficie.

La Casa del Urogallo, por su parte, también sigue cerrada. En ella se invirtieron 676.766 euros. Está vacía, pese a que llegó a inaugurarse oficialmente, y no tiene previsión de albergar muestra alguna, por el momento. Al principio se preveía "conectarla" con el centro de cría en cautividad del urogallo -el único proyecto del centro de la fauna que se construyó y funciona-, para ver a través de cámaras cómo se desarrollaban las tareas de crianza de estas aves, en severísimo peligro de extinción.

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