El puerto de Pajares está encadenando obras que afectan, en mayor o menor medida, a la circulación por esta estratégica conexión con la Meseta. Tras las labores que se ejecutaron hace algo más de un año por encima de la localidad que da nombre a este paso montañoso, las tareas se concentran ahora en el último tramo de la ascensión. El Ministerio de Fomento está arreglando el firme y fijando los taludes de la zona en la que la calzada está desdoblada en tres carriles. En concreto, las obras se centran la parte externa de la carretera, la que alberga el vial lento de subida.

Inicialmente estaba anunciado que las mejoras en la carretera se acometieran durante el pasado verano. Sin embargo, la actuación, finalmente, no arrancó hasta finales del periodo estival, lo que ha provocado que las primeras nieves hayan llegado sin que el proyecto esté aún concluido. Las tareas se centran en la sustitución del carril de rodadura y el instalación de nuevos pilotes de sujeción. De esta forma, se reforzará la seguridad de la calzada justo en la zona alta del puerto.

El tramo en obras tiene una longitud de algo más de un kilómetro. Afecta a casi todo el tercer carril de vehículos lentos que se encuentra ya en la zona que corona el puerto. De hecho, las obras se prolongan hasta cerca del parador de Pajares, que marca el límite con la provincia de León. Al contrario de lo que sucedió en la mejora que se abordó hace algo más de un año, las labores no están teniendo una gran incidencia sobre el tráfico. Esto se debido a que se trata del único punto del puerto en que la calzada está desdoblada en tres carriles, dos de subida y uno de bajada. El firme que se está sustituyendo corresponde al vial de vehículos lentos, el situado en la parte exterior de la carretera. Así, se está procediendo a reforzar todo el talud. El proyecto incluye la sustitución de toda la valla de protección. Se trata de la zona del puerto que se asoma a los barrancos más pronunciados. En este caso, lo importante es que al haber tres carriles y sólo estar cerrado uno, el flujo de tráfico, aunque algo más lento, se mantiene con normalidad.

Pese a lo avanzado de las obras, las tareas aún deberán prolongarse varias semanas. De esta forma, la parte final de la actuación está marcada por las condiciones meteorológicas que haya en el centro de la Cordillera. Este problema no afectó a las actuación que se ejecutó durante la primera mitad de 2016. En este caso los trabajos concluyeron casi a mediados del verano tras siete meses de obras para estabilizar el terreno. La regulación del tráfico, a través de semáforos, provocó airadas protestas entre los conductores. Durante los primeros fines de semana del verano, hasta que Fomento solucionó parcialmente el caos, la espera se llegó a prolongar hasta una hora con retenciones de cuatro kilómetros. Desde que en 2008 los efectos de la crisis se hicieran latentes, el tráfico por Pajares ha aumentado sensiblemente.