El anuncio de Iberdrola de cerrar su planta térmica de Lada ha causado un gran malestar en el Principado y en el Ayuntamiento de Langreo que aseguran que no comprenden la decisión de la compañía, que califican de "precipitada". En concreto, fuentes del Gobierno regional señalaron que ya han hecho gestiones para trasladar al secretario de Estado de Energía, Daniel Navia, y a la dirección de Iberdrola su "malestar y preocupación" por el cierre de la central. Estas gestiones las ha realizado el propio presidente, Javier Fernández, y el consejero de Industria, Isaac Pola, que han exigido "el tratamiento más positivo y favorable" para los 90 trabajadores de la térmica.

Mucho más contundente se mostró en sus declaraciones el alcalde de Langreo, Jesús Sánchez, que calificó de "horrible" el anuncio. "Es un golpe muy duro al que vamos a intentar dar marcha atrás como sea", señaló el regidor visiblemente enfadado. Se da la circunstancia de que Sánchez fue trabajador de la térmica hasta hace unos pocos meses.

"Vamos a tratar de que el Gobierno central no autorice el cierre", apuntó. También explicó que el propio Ayuntamiento va a remitir una carta al Ejecutivo central para tratar de parar la clausura. "Queremos hacer todo lo posible para que la decisión se demore lo máximo", indicó. Según sus cálculos el golpe para el empleo en la comarca puede ser fuerte. Calcula el regidor que la planta da trabajo tanto de forma directa como indirecta a unas 200 personas. "No encontramos justificación a esta decisión. Esto supone poner en jaque un método de producción energética que es viable", señaló.

Por su parte, el líder de la Federación Socialista Asturiana (FSA), Adrián Barbón, culpó directamente al PP y a la "inexistente planificación energética" del Gobierno central de la decisión de Iberdrola. Barbón aseguró que espera que la decisión se pueda revertir.

Tampoco ha sentado nada bien el anuncio al otro lado del Pajares. La consejera de Economía y Hacienda, Pilar del Olmo, calificó de "una traición y una deslealtad" el hecho de que la empresa no informara de sus planes a la Junta de Castilla y León.

Los sindicatos también lamentaron la clausura. El secretario general de UGT-FICA, Pedro Hojas, aseguró que "ahora es más necesario que nunca que las térmicas estén funcionando". Mientras, el SOMA advirtió de que el cierre "rompe el clima de paz social" de estos últimos años.

CC OO pidió que el empleo se mantenga y el diputado regional de IU, Ovidio Zapico, lamentó el "precipitado" proceso de descarbonización acometido por la compañía vasca.