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El cierre de la térmica de Lada dejará sin trabajo a 108 trabajadores auxiliares

Se iniciarán protestas por el desmantelamiento de la central de Langreo: "Nos condenan a la emigración o al paro", lamentan los 92 empleados que Iberdrola prevé recolocar

Vista de la central térmica de Lada, ayer. FERNANDO GEIJO

El cierre de la térmica de Lada supondrá un duro golpe para el empleo en la comarca del Nalón. Iberdrola ha prometido recolocar en otros centros de trabajo del grupo a los 92 trabajadores de la central. Aunque todo hace indicar que todos tendrán que coger la maleta y mudarse fuera de la región, ya que la empresa vasca tan solo cuenta con un par de instalaciones más en Principado. Se trata de dos centrales eólicas en el occidente que emplean a un pequeño puñado de trabajadores, además de una oficina comercial en Llanera. Peor horizonte laboral tienen los 108 empleados fijos que tienen las subcontratas de la térmica, para quienes no hay promesa de buscarles un nuevo acomodo, por lo que todo hace indicar que acabarán en la calle, según apuntaron fuentes sindicales. Hasta ahora nadie había salido en su defensa. Los sindicatos reconocen estar muy preocupados por el futuro de este centenar amplio de trabajadores, que, recuerdan, a afectos prácticos tienen la misma vinculación que los de plantilla con la térmica.

Ante este negro panorama, la plantilla ya está planeando comenzar una ronda de movilizaciones para tratar de revertir el cierre de la planta. La primera de las protestas tendrá lugar hoy mismo a partir de las diez de la mañana a las puertas de la térmica. Será media hora antes de que los sindicatos se reúnan con los representantes del departamento de recursos humanos de Iberdrola que acudirán a Langreo para explicarles sus planes de futuro.

En un principio, lo que ha transcendido es que la cotizada vasca quiere mantener a la mitad de los empleados que tiene en nómina (46 aproximadamente) para que se encarguen de hacer desmantelamiento de su centro de trabajo. Una vez que finalicen esa tarea, serán recolocados. "Tendremos que ir poniéndoles rueditas a la maleta, porque en Asturias , no hay alternativas. Nos han condenado al paro o a la emigración", resumía ayer un sindicalista. La plantilla, además, tiene una media de edad bastante alta, con lo que los sindicatos esperan poder negociar algún plan de prejubilación para el grueso de los trabajadores.

El anuncio de la clausura de la térmica ha pillado con el pie cambiado a los empleados, que no esperaban una decisión tan drástica tan a corto plazo. "Hasta el viernes (cuando Iberdrola comunicó su decisión de clausurar la instalación) la compañía ha estado haciendo inversiones para que la planta sea menos contaminante", apuntó uno de los empleados.

De hecho, Iberdrola había invertido durante los últimos años 115 millones de euros para poder adaptarse a la nueva normativa medioambiental que llega desde la Unión Europea (UE). El último desembolso, de quince millones, había sido para la construcción de una planta de desnitrificación para contener la emisión de gases de combustión que garantizaba la vida útil de la planta más allá de 2020. Pero, finalmente no llegará a esa fecha y tendrá que cerrar sus puertas antes. Eso sí, ahora la pelota está botando en el tejado del Ministerio de Energía, que es quien tiene que dar luz verde a la clausura.

Otra de las razones por la que la decisión fue inesperada, sostiene la plantilla, es porque últimamente la planta estaba funcionando a pleno pulmón. Este año iba a superar, de nuevo, las 4.000 horas suministrando energía a la red, todo un logro para una instalación de estas características. Durante los últimos años se había rebasado ampliamente también esa cifra.

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