El ministro de Energía, Álvaro Nadal, puso de relieve la competitividad actual del carbón tanto nacional como internacional frente a otros combustibles, "por lo que este cierre parece extraño, ya que producir electricidad con gas es más caro". Además, reafirmó que el carbón es una de las fuentes de energía irrenunciables dentro del mix energético del Gobierno "porque es necesario complementar las renovables con las térmicas, que suministran de forma garantizada". Del mismo modo, Álvaro Nadal puso sobre la mesa de la reunión las condiciones económicas de producción de las plantas que, en el caso de la langreana de Lada, puede producir con un umbral de beneficio de 49 euros que se sitúa en 57 euros tras la casación de los mercados.

Hay que recordar que la factura eléctrica se calcula sobre el precio más alto de todas las generadoras de energía que suministran a la red, y que el precio del kilovatio producido por una empresa que quema gas es generalmente mayor que el que se produce por el generado por carbón, como lo hacen Lada y Velilla.

Los dos presidentes autonómicos trasladaron durante el encuentro el impacto económico que supondría el cierre de ambas. Juan Vicente Herrera calificó la clausura de "devastadora" para la comarca de Guardo, ya que afectaría a ochenta empleos de forma directa, más de 200 indirectos pero que sumirían en una profundísima crisis a la región. Javier Fernández, por su parte, cuantificó en cien empleos directos y otros tanto indirectos pero el cierre afectaría a toda la economía del Principado en su espina dorsal y a empresas de alto consumo eléctrico como Alcoa, Asturiana de Zinc (Azsa) o Arcelor-Mittal.

Además, ambas centrales y buena parte del resto del sector queman carbón llegado de otros países a través el puerto gijonés de El Musel. Una quinta parte del movimiento en este puerto corresponde al carbón de importación por lo que la suspensión de este tráfico sería un golpe importantísimo para sus cuentas. Por lo que el cierre de Lada y Velilla supondría también un fuerte golpe.