El trabajo, la familia y la montaña. Sobre esos pilares, dicen sus amigos, se sustentaba el mundo de José Luis Fernández Simón (60 años). Un gijonés criado en el barrio de Ceares, ahora afincado en el de Viesques, químico de formación y director en Asturias de la planta Eumedica Pharmaceuticals Industries S. L., empresa dedicada a la fabricación de productos farmacéuticos de base, con sede en el polígono de Silvota. Padre de dos hijos veinteañeros, su entorno quedó ayer consternado por el fatal accidente que le costó la vida a un hombre "sereno, trabajador y muy vitalista", cuando se disponía a pasar una jornada de montaña con amigos. "Otras veces hemos hecho cosas en rutas montañeras que se pueden ver como imprudencias y esta vez, al ver que el día estaba tan malo, decidimos dar la vuelta y no seguir. Qué paradoja; si hubiéramos sido más imprudentes igual estaríamos todos bien", reflexionaba ayer Alfredo Suárez, uno de sus grandes amigos y compañero en la montaña.

En la fatalidad de ayer hay más paradojas, como la poca oportunidad que tuvo Fernández Simón de exprimir el riñón trasplantado -hace aproximadamente un año- que tan bien le iba y tan admirados tenía a sus médicos. "Era un hombre con tanta vitalidad que al mes y medio del trasplante ya subió con nosotros una montaña de más de dos mil metros. Decía que se encontraba a tope, y hasta bromeaba con no decirle todo lo que hacía a la médica, para que no se asustara", relata el amigo.

La montaña ha sido el ambiente de disfrute de Simón desde hace décadas, tanto con la agrupación Torrecerredo, a la que pertenecía, como con grupos vinculados a este club pero en salidas independientes, como con otros grupos formados por padres de alumnos de los colegios de sus hijos con los que seguía saliendo de forma periódica. Precisamente a sus hijos les había inculcado ese amor por la montaña, lo mismo que por la cultura del esfuerzo y el trabajo, a la que Fernández Simón se entregaba. "Era tenaz, en el trabajo y en sus proyectos", decían quienes conocían a Simón en su aspecto laboral. Así lo demostró en su implicación para sacar hacer varios años a Farmastur, de la que era director de planta, del atolladero empresarial y darle salida con la multinacional suiza Eumedica.

La noticia de su fallecimiento era compartida ayer por muchos amigos y allegados que, a falta de poder acompañar su duelo en el tanatorio -su cuerpo permanecía ayer en el Anatómico Forense a la espera de la autopsia- se llamaban incesantemente para lamentar el fatal destino de Simón.