Drama demográfico en toda regla. Las cuencas mineras han perdido en un año 2.221 vecinos, más personas de las que actualmente están censadas en el municipio de Riosa (1.991). Atendiendo sólo a los números, Langreo está a la cabeza en la pérdida de vecinos: cerró el año con 670 personas menos en su padrón. No en vano, es el segundo municipio en el ranking regional (sólo superado por Gijón). En porcentaje, en cambio, Caso y Sobrescobio tienen el dudoso honor de superarlo: los concejos de Redes inauguran el año con 50 y 25 vecinos menos respectivamente, lo que supone una pérdida demográfica que ronda el 3 por ciento. Creación de empleo y mejora en los servicios públicos es la única -y también difícil- receta de los expertos.

"Para atajar este problema no hay milagros ni fórmulas que funcionen de un día para otro". Lo dice Esteban Fernández, profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Oviedo e investigador de Regiolab. La tendencia demográfica de las Cuencas lleva décadas siendo la misma: una caída en picado que se dobló (de 1.000 a 2.000 vecinos menos) con la llegada de la crisis. Y, avisa el economista, "no habrá tendencias ni cambios bruscos de un semestre para otro ni de un año para otro".

Los datos del Instituto Nacional de Estadística al cierre de 2016 son, cuanto menos, alarmantes. La comarca del Nalón supera ya a la del Caudal en pérdida de población, con 1.152 vecinos menos frente a 1.069. Los municipios cabecera, Langreo y Mieres, suman 1.213 vecinos menos que al cierre de 2016: el primero con una sangría de 670 personas, y el segundo de 543. En el censo de San Martín del Rey Aurelio se registraron 266 vecinos menos y Aller cerró el año con 259 personas menos empadronadas. El municipio está ahora en 11.027 vecinos.

En Lena los datos tampoco llaman al optimismo. El municipio pasó de 11.430 a 11.278 inscritos en el padrón, lo que supone una caída del 1,3 por ciento. Casi en idéntico porcentaje disminuyó el número de vecinos de Laviana: de 13.402 a 13.236. A la cabeza en porcentaje, sólo superado por Sobrescobio (casi un 3%), está el concejo de Riosa: de 2.040 a 1.991 vecinos, un 2,4 por ciento menos.

Los datos desaniman a vecinos y a expertos. Esteban Fernández afirmó ayer que las Cuencas "llevan demasiados años soportando un crecimiento vegetativo con un saldo negativo, igual que ocurre con el movimiento migratorio". "Los valles del Nalón y el Caudal están expulsando a sus vecinos hacia otras zonas de Asturias y España, o hacia el extranjero", añadió el profesor de Economía Aplicada.

Las soluciones

¿El principal motivo? No hay duda para Esteban Fernández: "Si no hay trabajo, los vecinos buscarán oportunidades laborales". Fue entre 2010 y 2011 cuando se aceleró una pérdida poblacional que ya era sangrante. Es por eso que la creación de empleo está a la cabeza de los "deberes por hacer" del Principado para terminar con esta tendencia demográfica. La siguiente, y no menos importante, es que las Cuencas sean un lugar agradable para vivir. Y esto se consigue, según el economista, con servicios públicos asequibles y una mejora en la red para asegurar la conciliación familiar y laboral: más guarderías, más centros educativos y formación de calidad, entre otros.

El principal obstáculo para frenar la caída demográfica, aseguran los expertos consultados por este diario, es la falta de "compromiso real" por parte de las administraciones. "Las políticas demográficas no dan votos, es una realidad", afirman. Son fórmulas que se deben aplicar desde ahora, pero que darán resultado muy a largo plazo.