Fueron más de centenar y medio los antiguos vecinos del barrio del Pilar, derribado en el año 2002, los que ayer se juntaron de nuevo en una comida de confraternización en la que recordaron anécdotas y dejaron claro que aunque los muros se hayan tumbado, el espíritu y los lazos del barrio siguen muy vivos entre sus gentes.

Con música de gaita y tambor, y las actuaciones del Ochote langreano y de José Luis Ordiales, los vecinos disfrutaron de una jornada especial. Además, un DJ amenizó también un animoso baile entre los asistentes. El próximo año, la comida será más especial si cabe, pues se cumplirá el 60 aniversario de la ocupación de la segunda fase del barrio del Pilar.