Sobrecargados de funciones y con las horas extra y los turnos disparados. Esa será, según los trabajadores, la principal consecuencia de las prejubilaciones que se han aplicado en los últimos días en la térmica que Iberdrola tiene en Lada. Catorce personas han dejado la central desde el pasado lunes, tal y como denunció José Manuel Vallina, representante de UGT en el comité de empresa. No ha sido la única marcha. El año pasado ya se fue otro trabajador y en marzo se producirán otras cuatro prejubilaciones, y una última en junio. Un volumen de prejubilaciones que Vallina considera "desmesurado". La plantilla, que era de 95 empleados, se quedará en 75 en verano.
"Al final estamos hablando de prejubilar al 20 por ciento de la plantilla, algo que no había pasado hasta ahora, con este volumen de marchas", apuntó el sindicalista. En años anteriores, el número de prejubilaciones era mucho más asumible para el resto de la plantilla, con salidas de cuatro, seis y hasta ocho personas, pero no veinte como ahora. "El problema es para las personas que nos quedamos en la instalación, porque la planta no va a reducir su eficiencia, con esto entramos en una reorganización permanente que pasa los límites", expuso Vallina. Y añadió: "Se nos sobrecarga de funciones, pero también se disparan las horas extras y los turnos, porque el trabajo se sigue haciendo igual".
La plantilla de la térmica de Lada está ahora a la espera de que llegue el personal de Recursos Humanos de Iberdrola para que les expliquen cuáles son sus intenciones, algo que ocurrirá en los próximos días. La situación actual deja ver que la eléctrica parece estar decidida a no dar marcha atrás en su intento de cerrar las instalaciones. Los trabajadores son totalmente contrarios a esta medida, y por eso protagonizaron hace una semana una concentración de protesta en Madrid arropados por las plantillas de otras centrales en situación de peligro. Un encuentro donde consiguieron reunirse con el Ministro de Energía, Álvaro Nadal, quien les solicitó "apoyo" en la batalla contra el cierre de las térmicas. En Asturias, este respaldo se traducirá en encuentros con las fuerzas políticas.
Iberdrola invirtió unos 160 millones en su planta de Lada durante los últimos años, por lo que pocos preveían que la firma decidiese anticipar el cierre.
