Las líneas de transporte urbano en las comarcas mineras perdieron alrededor de 73.000 viajeros durante el último año. La sangría es más acusada en el valle del Nalón. En el Caudal, aunque también descienden los usuarios, se ha conseguido frenar con respecto a años anteriores. En total, ambos líneas cerraron el año con 2,4 millones de viajeros.

El servicio que cubre el trayecto entre el distrito langreano de Riaño y Pola de Laviana es el que ha resultado más afectado por el descenso de usuarios. En total, la línea -explotada por Autobuses de Langreo y Alcotán- perdió en 2017 un total de 69.000 viajeros, que hay que añadir a las pérdidas de los tres años anteriores. Fueron 1,7 millones los usuarios de este servicio durante 2017, una cifra mucho más alta que la de los autobuses urbanos en el Caudal, que explota la Empresa Municipal de Transportes de Mieres (Emutsa). La compañía municipal cerró el año pasado con 727.988 viajeros. Eso sí, la pérdida de usuarios con respecto al ejercicio anterior fue de un 0,6 por ciento, unos 4.000 viajeros aproximadamente. Nada que ver con lo ocurrido en 2016, cuando fueron 30.000 los usuarios perdidos a lo largo del ejercicio en los urbanos de Mieres.

El descenso de la población en los valles mineros y la pérdida de actividad -que se traduce en una reducción de los desplazamientos realizados en autobús por motivos laborales- son dos de los factores que explican estas cifras. Algo que admiten los responsables de las empresas de transporte de ambos valles. Esta situación también les obliga a tomar medidas para optimizar el servicio, pero ocasionando el menor perjuicio para los usuarios. "Nuestra apuesta por el transporte público siempre ha sido clara", según aseguró al explicar los datos la concejal de Transportes en Mieres, Delia Campomanes, quien resaltó que se ha hecho una gestión "seria y responsable". Una opinión que también comparten en Autobuses de Langreo. Su gerente, Julio Álvarez, resaltó que "el precio del billete lleva sin subir desde el año 2013, tampoco hemos cambiado las frecuencias y hemos incorporado nuevos autobuses a la flota en los últimos tres años".

Frente a estos datos de pérdida de viajeros, sí parece tener éxito el servicio nocturno de autobús -"búho"- del Consorcio de Transportes de Asturias (CTA) que circula por el valle del Nalón. Esta línea, que hace el mismo recorrido que los urbanos diurnos, es decir, comunica el distrito langreano de Riaño con Pola de Laviana. Es el que más viajeros trasladó el año pasado en todas las líneas nocturnas que funcionan en la región. El servicio sumó 27.409 viajeros, superando la línea que conecta Oviedo y Gijón, con 24.629 pasajeros. Otra de las líneas "búho" destacadas es la que comunica Piedras Blancas, Avilés y Corvera, que sumó 20.382 usuarios. Sin embargo, no funciona tan bien los autobuses que conectan la capital asturiana con Mieres y el distrito langreano de Sama. El primero registró 3.234 viajeros durante el año pasado y el segundo subió algo más, quedándose en las 4.134 personas. Si bien, este servicio es mucho más reducido que el "búho" del valle del Nalón, ya que sólo se realizan los sábado por la noche y sólo cuentan con tres servicios en cada sentido.