"El que sabe esquiar en Pajares, sabe esquiar en todo el mundo". No quería Gelito dejar de pronunciar esa mítica frase con la que los deportistas de la estación lenense suelen presumir. Y ayer lo hizo él, durante el emotivo homenaje que la Compañía de Operaciones Especiales (COE 72) quiso brindarle. Y es que la vida de Ángel González de Lena -uno de los míticos Galgos de Pajares- cambió hace unos meses cuando sufrió un ictus del que se está recuperando, pero que le impide estar al pie de la nieve, como es su deseo.

Emocionado, rodeado de amigos. "Francamente estoy un poco desbordado con tanto cariño", señalaba Gelito, vestido de militar, con su boina verde, y unas gafas que cumplían la doble función de protegerle del sol y de ocultar sus ojos vidriosos ante tanta emoción.

Todo surgió de la asociación de veteranos de la COE 72. "Entendíamos que había que perpetuar su historia, como personaje público, como esquiador y como veterano", señalaba César García, presidente del colectivo. Y para que ese reconocimiento sea perpetuo, ayer se disputaba la primera "Copa COE 72- Ángel González de Lena", que se llevó finalmente el equipo Elit Mirios.

Los veteranos lo tenían todo preparado. En la primera planta de la cafetería, una exposición con fotos de varias épocas de Gelito, desde sus inicios en el esquí, hasta uniformado con la COE 72 en los dos años que estuvo enrolado en la Compañía a mediados de la década de los 60. Esperando su llegada estaban decenas de personas que querían saludarle. No solo sus compañeros "boinas verdes", sino que muchos usuarios de Pajares, de todas las edades, querían mostrar su cariño a Gelito, un hombre por cuyas manos pasaron miles de niños que aprendieron a deslizarse por la nieve bajo su supervisión.

Entre esas personas también estaba el director general de Deportes, José Ramón Tuero, que aseguró que "personas como Gelito en esta estación ya quedan pocas". De hecho, el responsable regional lo tiene claro: "Si hay que decir dos nombres sobre Pajares el primero sería Chus Valgrande y el segundo Gelito". También la alcaldesa de Lena, Gema Álvarez, estuvo en el homenaje.

Y en estas, poco después del mediodía, aparecía en la estación el homenajeado. No le dio tiempo a bajarse del coche y ya tenía a decenas de personas haciendo cola para darle la mano, un abrazo o un beso. Pequeños, mayores, veteranos. Todos querían saludar a un hombre al que echan de menos en el día a día de la estación.

"Me desborda un poco el cariño de la gente y estoy un poco emocionado, tendré que tratar de aguantarme la emoción", confesaba Gelito, que volvía a Pajares tras un par de meses. "Estuve en navidades, y la estación está ahora como tiene que estar, con mucha nieve y con sol", aseguraba.

Recordaba también Gelito su paso por la COE 72, cuyos compañeros fueron los artífices de todo lo vivido. "Era cabo furriel y cuando yo entré en el cuartel aquello estaba como un solar después de la guerra", rememora. "Tuve que hacer las taquillas, arreglar las habitaciones... ¡Tres meses me tiré para hacer un inventario", recordaba, para bromear: "Los jefes éramos el capitán y yo, hasta los tenientes me saludaban".

Gelito vio en primera fila el espectáculo sobre la nieve. Una bajada de todos los clubes, culminada con un descenso de las banderas de la COE72, de Asturias y de España, todo en su honor. Recibió luego una escultura de un "boina verde", que le emocionó junto a sus compañeros. La jornada terminó con una comida de más de 150 personas, en la que las anécdotas y los recuerdos fueron protagonistas.