La situación del albergue del Angliru se complica. El Ayuntamiento de Riosa ha decidido en un Pleno municipal recuperar la concesión de la gestión del equipamiento, que tenía la empresa Breaking Walls, alegando un incumplimiento de contrato. Finalmente, el Ayuntamiento desechó la opción de que la adjudicataria cediese la gestión a un tercero, y decidió tirar del contrato para aludir un incumplimiento tanto en los pagos del canon como en el desarrollo de la actividad. La empresa, sin embargo, apunta a que la situación en el albergue era insostenible en algunos aspectos y presentó una última propuesta al Ayuntamiento de Riosa para seguir tutelando el albergue. Cuestión que fue rechazada en el Pleno. Breaking Walls está barajando llevar la situación a los tribunales, mientras que el Ayuntamiento está pendiente de hacer una revisión al inmueble para decidir qué hace con la fianza -una vez descontada la deuda de la renta-.
El Consistorio riosano aprobó en Pleno la resolución del contrato por incumplimiento. Fuentes municipales explicaron que el siguiente paso es subir al equipamiento para "hacer una revisión del inventario del hotel, con el fin de comprobar el estado actual". Una vez que se tenga un informe, el Ayuntamiento decidirá, además de cobrar la deuda -que el Consistorio fija en unos 7.000 euros-, qué hace con la fianza de 15.000 euros. "Habrá que hacer una valoración de las actuaciones que hay que llevar a cabo para dejar el establecimiento en orden, que seguramente incluyan limpieza, pintura y desbroces". La intención del Ayuntamiento de Riosa es volver a sacar a licitación la gestión del equipamiento para que pueda estar abierto cuanto antes.
Antes de tomar la decisión sobre la ruptura del contrato, el Ayuntamiento recibió una comunicación por parte de la adjudicataria. La empresa presentó antes del Pleno una nueva propuesta para la apertura del alojamiento el 1 de abril. En el documento, al que ha tenido acceso este diario, los concesionarios acuden a la cláusula quince del contrato, en la que se especifica que "El hotel rural de montaña del Angliru podrá prestar o no el servicio de comedor. La oferta de dicho servicio podrá ir dirigida exclusivamente a la clientela alojada en los mismos o bien al público en general." Además, también indica que "cuando este servicio se oferte exclusivamente a sus clientes se exigirá la previa comunicación a la administración turística".
En el documento, Breaking Walls alega que "en reiteradas ocasiones hemos venido manifestando la inviabilidad del alojamiento, sobre todo en los dos primeros trimestres de cada año, así como algún mes del otoño, basado en datos económicos". La empresa indica que se cursaron varias peticiones al Ayuntamiento sobre un cambio de horarios con objeto de ahorrar en gastos tales como calefacción, luz, personal... y que "todas fueron rechazadas".
Por ello, apunta la concesionario "en esta situación y ante la disyuntiva de seguir como hasta ahora, lo cual es inviable, y el cierre, el cual nosotros no deseamos, aportamos esta propuesta que viene recogida en el contrato firmado y a la cual podemos acogernos en un marco legal reconocido".
Para llevar a cabo esta apertura, Breaking Walls reclamaba que el Ayuntamiento de Riosa también pusiera de su parte en varios aspectos. Por un lado, pedían que se asegurara el suministro de agua para el buen funcionamiento del local. "En varias ocasiones esta obligación básica se ha visto interrumpida", apuntaron en su alegato. Además, pidieron la revisión del "estado del conjunto de sistema sanitario de tuberías y demás cuestiones, encargado de llevar las aguas residuales del albergue hasta el pozo negro que al parecer existe", y clamaron que en dos ocasiones se han visto sorprendidos por "inundaciones de la planta baja debido a la presencia de aguas fecales".
Por último, en su propuesta reclaman al Consistorio que "envíe a los técnicos que sean oportunos para certificar y asegurar en informe escrito, lo que el artículo 21 del contrato indica sobre las cuestiones de insonorización, sobre todo en habitaciones, salas de uso común, comedores y salas de reuniones", ya que exponen que es inexistente.
El desencuentro entre empresa y ayuntamiento es evidente, y las partes deberán sentarse para poner fin a una situación que tiene al albergue del Angliru, una construcción en mitad de la mítica subida riosana, cerrado a cal y canto.
