Cinco minutos. Es el tiempo que tardan los coches en bordear, a través de un paso alternativo, el argayo sobre el Corredor del Nalón que lleva veinte días aislando a Caso. Son cinco minutos llenos de baches, dos cruces por encima del río y firme resbaladizo. Sólo apto para todoterrenos. Vecinos, trabajadores y escolares estrenaron ayer el acceso provisional con un mismo sentir: "Es poca cosa, pero mejor que nada". A unos metros de la carretera, en el desprendimiento, las obras están paradas de forma temporal, según el Principado. Las máquinas han llegado al punto donde se originó el argayo y sigue habiendo grietas. Esperan por un informe de Minas, para saber si es momento de afianzar el talud o si aún es necesario sanear más la ladera, y reducir riesgos.

Las obras estuvieron ayer paradas durante todo el día. La empresa encargada de la actuación tuvo que trasladar algunas de las máquinas que había empleado para la apertura del acceso provisional por el río Nalón. "Las obras no están paralizadas, se está valorando la situación actual para encontrar la mejor solución posible", aseguraron desde la Consejería de Infraestructuras. Tras alcanzar la parte alta del argayo, donde se originó el desprendimiento, se pudo comprobar que aún hay unas grietas: "La tarea de los expertos es decidir ahora si se estabiliza o se sigue limpiando el talud hasta donde están esas grietas", añadieron. De hecho, ayer por la mañana, un ingeniero de Minas visitó el lugar para conocer la situación de primera mano y realizar un informe técnico del problema.

Entre tanta preocupación, un motivo para la esperanza. El paso alternativo está abierto para los vecinos y para un taxi que completa, en este tramo, los servicios del autobús La Foz (Caso)-Oviedo y el transporte escolar. El acceso está custodiado por dos guardias de seguridad. Ellos son los encargados de revisar que al camino sólo acceden vehículos todoterreno y que los que lo usan son vecinos, trabajadores, el servicio de taxi o conductores con una autorización especial.

Guardias en sus puestos, taxi dispuesto y el primer servicio de la mañana desde La Foz. Son las 7.30 horas y todo está listo para estrenar el acceso. Bueno, casi todo. Porque, justo a la hora de abrir, el guardia de seguridad recuerda que ha olvidado las llaves del candado de la puerta. Unos minutos de espera y pasan los primeros vecinos por el acceso alternativo. "No es una maravilla, pero al menos es algo", afirma Graciela Estébanez. Es una de las primeras en usar el taxi, junto a Fabri Martín. Ella va a Oviedo, a hacer unas gestiones. Él viajará hasta Laviana a ver a unos familiares. "El viaje fue muy tranquilo y se hace en un momento", afirmó él. Los conductores de los taxis son dos: Rafael Fernández y Andrés Menéndez, uno a cada lado del argayo.

Hubo tráfico durante toda la mañana. Ya a la hora de comer, llegaron de vuelta Jesús Calvo y Juan Antonio Barrial. Vecinos, amigos, y ahora compañeros de viaje para poder cruzar con el todoterreno del segundo. "Nos parece que está bien, pero deberían de mejorar el paso para hacerlo accesible para todo tipo de coches. Especialmente si esta situación se va a alargar".

El colectivo de empresarios Redes Natural, eso sí, considera esta solución temporal como "insuficiente", y piden un paso apto para todos los vehículos. Desde Foro Asturias se reclamó claridad con lo que ocurre en las obras y con los plazos.