Con la Iglesia ha topado Aucalsa, concesionaria de la autopista de peaje del Huerna (AP-66). Y nunca el dicho fue tan acertado. El párroco de Campomanes, Antonio López, denunciará a la empresa gestora de la carretera por las "constantes" filtraciones de agua que están dañando el cementerio de la localidad. Hay sepulturas inundadas y nichos que parecen a punto de abrirse: "No tienen respeto por nada, esto es peor que una dictadura", clama el párroco, mostrando los daños en el camposanto.

Antonio López es de esos curas a los que no les gusta el "don". Así que más que don Antonio, en el pueblo siempre es Toño. Quizás por ese talante siempre afable, sorprende verlo ahora tan enfadado: "Estoy harto de la misma reclamación durante años. No podemos permitir que un lugar como este, el cementerio de mis vecinos, esté en estas condiciones por la mala cabeza y el desentendimiento de una empresa que no mira por nadie", lamenta López.

- Si lleva así años, ¿por qué valora ahora acudir al juzgado?

Toño López señala un árbol caído sobre unos nichos. La gota que colmó un vaso que ya iba a rebosar. "Hace unas semanas, cuando vino el temporal, cayó ese árbol de esta mata que esta justo al lado del cementerio", recuerda. Empezó entonces un viacrucis, de puerta en puerta y de oficina en oficina: "Llamé a Aucalsa y me dijeron que era del Ayuntamiento, pero en el Ayuntamiento me dijeron que no era de su propiedad". Fue entonces cuando el párroco volvió a llamar a Aucalsa para anunciar que iba a podar todos los árboles que hicieran peligrar las sepulturas del camposanto. "Me respondieron, con toda la calma del mundo, que tenía que pedir un permiso", señala el sacerdote.

Fue la respuesta que le hizo estallar: "Si primero me dicen que no es suyo, cómo es que luego tengo que pedir permiso. Que me expliquen a quién se lo pido, porque parece que esta mata no es de nadie". Lo que más preocupa a Antonio López es la integridad de los nichos del cementerio. Desde su punto de vista, "este desentendimiento de Aucalsa afecta a lo más sensible, al lugar del descanso eterno para los vecinos que ya no están con nosotros. Si no les preocupa esto, es que a esa gente no le preocupa nada".

Tiene el apoyo de los vecinos. La asociación vecinal de Campomanes se ha puesto a disposición del párroco para lo que necesite y le agradecen su lucha: "Sabemos que lleva mucho tiempo preocupado por esto, él y todos los afectados cuentan con nuestro respaldo", aseguró ayer la presidenta de la entidad, Dolores Martínez.

Luce el sol en Campomanes, pero el reguero de agua que cruza la calle principal del camposanto parece infinito. "Así todos los días", dice Toño López. Dirige la vista a la autopista, que pasa por encima de la localidad a través de un viaducto: "Condenados a que nos traten como 'probinos', y a vivir debajo de un puente".