Un perro mató el lunes a una corza preñada de dos crías en la localidad de Carrerallana, cerca de Boo (Aller). Ocurrió a primera hora de la tarde y los vecinos llamaron al Centro de Coordinación de Emergencias del 112-Asturias, que realizó los trámites para la recogida del animal. Según testigos presenciales, el can era de raza mastín. Aunque ni estaba atado ni llevaba bozal, todo parece indicar que era un animal doméstico. El Servicio para la Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil iniciará una investigación si lo requieren los cazadores del concejo.

Varios jóvenes de la localidad estaban en la zona cuando el mastín atacó a la corza preñada. Según explicaron, el mastín "llevaba carracas en el collar, por lo que muy probablemente sea un animal que está cuidando de una ganadería en el pueblo". El perro se abalanzó sobre el cérvido y lo mordió en el vientre, atacando también a las dos crías que tenía en el interior. El animal quedó tirado en un camino del entorno de la localidad, en el barrio conocido como La Vega, con las crías también muertas y fuera de su vientre.

La imagen conmocionó a los vecinos. Pronto se formó un grupo de curiosos para ver lo que había ocurrido. Lo primero que hicieron fue llamar al 112-Asturias, que respondió movilizando a las administraciones e instituciones con competencias. Así, se dio aviso al Ayuntamiento de Aller, al Principado de Asturias y al Seprona. Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza, según la versión de los vecinos, fueron los encargados de tramitar la recogida del animal.

La Guardia Civil podrá iniciar una investigación sobre lo ocurrido aunque, según fuentes conocedoras del caso, primero tendrá que constar una denuncia. La zona en la que se produjo el suceso forma parte del coto de caza, por lo que correspondería al sector cinegético allerano presentar la correspondiente demanda. De estar fuera del territorio, sería responsabilidad de la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales del Principado de Asturias.

Los hechos han causado cierta alarma en el pueblo, pero desde el sector ganadero llaman a la calma. La Asociación de Ganaderos Afectados por el Llobu (Agall) consideran lo ocurrido "una excepción". "Los mastines son perros muy calmados y nobles, no es propio de esta raza un ataque de estas características", señalaron. Es por eso que consideran que se trata de un "cruce de mastín con otra raza, lo que ha vuelto a este perro en concreto más agresivo". Recuerdan que es responsabilidad de las familias el tener en regla la documentación de sus animales y que ahora, de iniciarse una investigación, tendrán que responder por lo ocurrido.