La corza muerta en la localidad de Carrerallana, cerca de Boo (Aller), estaba enferma antes del ataque del perro mastín. Así lo anunció ayer el presidente de la asociación de cazadores "El Rebeco", Benjamín Rodríguez, responsable del coto allerano. La corza, que estaba preñada y cuyas dos crías murieron también en el ataque, estaba afectada por la mosca Cephenemyia stimulator. Se trata de una parasitosis conocida como "gusano de las narices" y que afecta con gran mordacidad a la población de corzos en el concejo: cada año, de media, el coto pierde setenta animales por este parásito. El sector cinegético considera lo ocurrido "un lamentable accidente" y no solicitará una investigación.

Los hechos tuvieron lugar el martes por la tarde. Según testigos presenciales, un mastín se abalanzó sobre la corza preñada. El can llevaba collar con carrancas, por lo que todo indica que es propiedad de una ganadería de la zona. El perro mordió al animal en el vientre, por lo que las dos crías que esperaba también fallecieron en ese momento.

Los vecinos alertaron al Centro de Coordinación de Emergencias del 112-Asturias. También avisaron al presidente del coto de caza en Aller. "Nos parecía casi imposible que un mastín hubiera logrado alcanzar a una corza", señaló Benjamín Rodríguez. Tras un primer análisis del animal, una vez recogido, pudieron confirmar que la corza estaba afectada por la mosca Cephenemyia stimulator. Este parásito, explicó Benjamín Rodríguez, "llena de larvas las vías respiratorias del animal, impidiéndole así respirar. La corcina ya llegó muy mal al lugar en el que estaba el mastín".

Consideran que lo ocurrido "fue un lamentable cúmulo de casualidades que terminaron de una forma fatal". Es por eso que no denunciarán los hechos. La demanda de los cazadores, al haberse producido el ataque en una zona incluida en el coto, es crucial para iniciar una investigación por parte del Servicio de la Guardia Civil.

Lo que sí reclaman es "medidas urgentes" para frenar el avance del "gusano de las narices" entre la población de corzos en el concejo. "Hace tres años perdimos ochenta animales, este año ya llevamos veinte. La media ronda los setenta ejemplares, pero podemos superarla", señaló Rodríguez. Las medidas para erradicar la presencia de este parásito son costosas: supondrían localizar a los corzos y vacunarlos. "Ahora parece casi imposible, porque ya está muy extendido. Deberían de haberse tomado medidas mucho antes", clamó el portavoz del colectivo cinegético.