Veinte años sin cine Maxi en Laviana
El teatro, en pésimo estado, se cerró tras proyectar "Titanic" en mayo de 1998, y, pese a los intentos de compra, los propietarios no vendieron

La situación actual del teatro cine Maxi de Pola de Laviana, con la entrada y las ventanas tapiadas y la fachada en muy mal estado.
Pola de Laviana, Luisma DÍAZ
El domingo 3 de mayo de 1998 la vida cultural en Pola de Laviana sufrió un importante cambio. Ese día cerró el Teatro Cine Maxi, sumido en un mar de deudas, pese al gran éxito que supuso su última proyección, la de "Titanic", que llenó la sala durante todo el fin de semana. La historia de la película, como la del cine en la que la vieron los lavianeses, tenía un final anunciado. Desde entonces han pasado veinte años y varios intentos de compra por parte del Ayuntamiento. El inmueble, todo un ejemplo de arquitectura "art decó", se encuentra ahora en muy malas condiciones, con la pintura levantada, las humedades afectando a la fachada y sus ventanas y puertas tapiadas.
La historia del cine Maxi se remonta a 1941, cuando la familia Cabero, personalizada en Manuel Cabero, impulsó el proyecto. En 1943 ya funcionaba como sala de fiestas y poco después como sala de proyección cinematográfica. El historiador lavianés Luis Benito García, profesor en la Universidad de Oviedo, explica que la intención inicial era llamarlo teatro Palacio Valdés. Finalmente se tomó como nombre el de una hija del empresario, que coincidía con una de las novelas y personajes del escritor: Maximina, Maxi. Arquitectónicamente es un edificio "muy importante, impulsado por el arquitecto Juan Manuel del Busto", que diseñó otros importantes teatros de la región, como ya había hecho su padre, Manuel del Busto, arquitecto entre otros del Palacio Valdés de Avilés. "Es un edificio de estilo 'art decó', y no tiene la protección que se merece", afirma García, que subraya que "inexplicablemente, aún siendo más valioso que otros que sí lo están, no se encuentra en el catálogo de 'grandes teatros' de Asturias". Sí que está protegido dentro del PGOU (Plan General de Ordenación Urbana) del concejo como "elemento arquitectónico singular". "Es una pena, porque con una mayor protección se favorecería que el teatro no fuese hacia la ruina. Sería una vergüenza que acabase así, en ruina", añadió el historiador, que explica cómo en su día el Maxi era "uno de los cines más concurridos de la comarca, junto con el Dorado". En verano, Pola de Laviana y La Chalana se convertían en "la playa de las Cuencas". Mucha gente se bañaba por la tarde y luego "iba al cine".

Veinte años sin cine Maxi en Laviana
Por la pantalla del Maxi pasaron desde películas populares de los años 40, 50 y 60, como la serie "Fumanchú", "La venganza del águila negra" o "¡Quiero vivir!", hasta los últimos grandes éxitos de los 90: "Bailando con lobos", "Solo en casa", "El día de la bestia", "Brave Hart" y por supuesto, la icónica "Titanic", que se llevó un puñado de Oscar de Hollywood y una parte de los corazones de los lavianeses, al ser la última película que se vio.
En 1962, el cine Maxi cambió de manos, de los Cabero a la familia Pesquera, que regentaba varias salas más en la comarca. Siguió explotando el Maxi hasta 1998, cuando ya era el último cine abierto en la comarca. El cierre era ya vox populi, y el Ayuntamiento había querido anticiparse: tenía un preacuerdo de compra por 38,5 millones de pesetas, unos 230.000 euros (ya habían vendido el Maripeña de La Felguera por 35). Un informe de la Mancomunidad cifraba en otros 63 millones, 379.000 euros, la rehabilitación del teatro, con capacidad aproximada para 500 personas. Un pleito con un inquilino, que tenía alquilado un bajo, retrasó el acuerdo, que fracasó.
El tiempo pasó, y el cine Maxi era "una espina clavada", tal y como explica el exalcalde de Laviana, Marcia Barreñada. En 2003 "teníamos parada la obra del Cidan, y la Casa de Cultura tenía muchos problemas". Entonces "era prioritario tener un espacio cultural importante, y ahí estaba el cine Maxi". Contactaron con los dueños, y se llegaron a ofrecer unos 600.000 euros. Una cantidad que no se aceptó. Finalmente, el Cidan se hizo una realidad, y la Casa de Cultura se renovó por completo, con un nuevo auditorio. Pese a ello, en 2008 "hicimos un nuevo intento", en el que se ofreció una cantidad similar. "Fueron más receptivos", explica Barreñada, pero el "boom" inmobiliario aún no había pasado, y siguió sin haber acuerdo, pese a que una parte de la propiedad sí que quería.
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La situación actual del cine es muy mala. Así lo reconoce la concejala de Cultura, Inés García, que ha realizado diversos acercamientos con los dueños, para que al menos se arregle la fachada y la estructura. "Da vergüenza verlo, me hierve la sangre", afirma la edil. "Se han dado pasos para que se arregle, pero es una situación compleja", subrayó. Se habló con Patrimonio, que confirmó que los dueños deberían restaurar el edificio. Se pidió información a la Oficina Técnica (de Urbanismo), y mantuvo encuentros con personas de la familia propietaria, que primero se comprometieron a estudiar el asunto, a hablarlo entre ellos, y luego "me dijo que voluntariamente no se iba a hacer nada". Sobre la mesa está ahora la posibilidad de la ejecución subsidiaria: el Ayuntamiento hace las obras y pasa la factura a los dueños que no quisieron arreglar. Esta figura necesita una serie de pasos legales que es los que se están estudiando. "Esta es la idea".
Veinte años después de su cierre, el cine Maxi está que se cae, el Ayuntamiento y los vecinos se quedaron sin su "niña bonita" y los dueños, sin la oportunidad de haber tenido unos buenos ingresos. Todos pierden.
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