Tras lo ocurrido en el ensayo del pasado sábado de la Banda de Música de Mieres, donde se vieron las diferencias existentes entre su directiva y los músicos, todo hacía presagiar que su actuación ayer en las fiestas del barrio de Santa Marina iba a acabar mal. Y así fue. En un determinado momento de su actuación, una parte de los músicos dejó de tocar y trató de leer un manifiesto de apoyo al director cesado, Antonio Cánovas Moreno. Elba Rodal, que fue la encargada de leer el manifiesto, no pudo cumplir su objetivo ya que el presidente de la asociación de vecinos de Santa Marina, Ángel Pastor, le quitó el micrófono para reprenderles que utilizasen sus fiestas para protestar. Finalmente, tras una acalorada discusión, los músicos díscolos abandonaron el local mientras que el resto de la banda terminó su actuación.

Los músicos estaban citados al mediodía en la placina de Santa Marina. Según el programa festivo, la banda iba a hacer un pasacalles, aunque también realizarían una pequeña actuación tras el homenaje a los socios de mayor edad. Entre los músicos había cierta sensación de malestar, y también se podía apreciar que no todos ellos formaban parte, al menos hasta ayer, de la banda mierense. Así, en las chaquetas de algunos se podía leer el distintivo de la banda de San Martín del Rey Aurelio y otras ni siquiera tenían la identificación de la agrupación mierense. El desfile comenzó con algo de retraso, pero sin incidentes, con lo que parecía que finalmente no se producirían las protestas presagiadas el día anterior, pero todavía quedaba una actuación más.

Las celebraciones de Santa Marina continuaron con el homenaje a Esther Merino y José Ramón González, los socios de mayor edad, quienes recibieron una placa conmemorativa y un ramo de flores. Después, el presentador del acto, José Manuel García, dio paso de nuevo a la banda mierense. El nuevo director, Pablo Camblor, que además se estrenaba con esta actuación en la banda, se acercó a los músicos y Estos empezaron a tocar. Pero algo no iba bien, la música sonaba algo estridente y los instrumentistas pararon. Fue entonces cuando Elba Rodal se levantó de su sitio y fue hacia el escenario. Esto pilló con cierto desconcierto a los vecinos, que incluso llegaron a aplaudir a la joven. Los aplausos tornaron a gritos cuando la joven empezó a hablar. "Nos vemos obligados a dejar de tocar y levantar nuestra voz para denunciar una situación que no estamos dispuestos a mantener más tiempo", señaló, destacando que "los componentes de esta banda siempre soportamos con resignación la desidia de los actuales responsables; sin embargo, la expulsión de un compañero -el director, Antonio Cánovas- de una forma totalmente arbitraria, despertó el malestar latente en la banda".

Pero Rodal no pudo terminar su discurso. Ángel Pastor, visiblemente enfadado, le quitó el micrófono y otro miembro de la banda se enfrentó a él, aunque no llegaron a las manos. "Nos vienen a reventar la fiesta y éste no es el sitio, es una vergüenza", señaló el presidente. Hubo entonces varios momentos de tensión entre vecinos y músicos que la alcaldesa en funciones, Diana López, que también había acudido al acto trató de solventar como pudo. Finalmente, los músicos abandonaron el local mientras que los que se habían quedado en su silla terminaron la actuación. Más tarde, el director de la banda consideró que lo ocurrido "es inconcebible, una falta de respeto que hacen instigados por otros que ni siquiera han venido hoy". López, por su parte, se comprometió a reunirse en los próximos días con toda la banda para tratar de alcanzar una solución.