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Los objetivos del turismo osero: asentar población y sensibilizar sobre el entorno

La Fundación Oso Pardo reclama nuevas "herramientas" para el correcto aprovechamiento, como otorgar a la guardería la potestad de sancionar

Hosteleros de Lena, durante la actividad de observación realizada ayer en el parque natural de las Ubiñas. D. BARRASO

Primera hora de la tarde y un autobús espera por un grupo de hosteleros de Lena. Han sido los participantes en el curso de la Fundación Oso Pardo (FOP) para promover el turismo osero "responsable y sostenible". Su última lección será un paseo por el parque natural de Las Ubiñas-La Mesa. Tiempo para intentar avistar un ejemplar y para reflexionar sobre lo aprendido, como los objetivos de una posible explotación de la especie como reclamo: asentar más vecinos en las zonas rurales y aumentar la sensibilización sobre el cuidado del oso pardo y su entorno. El camino hasta llegar al destino tiene que recorrerse lento y seguro. Entre otras medidas, la Fundación Oso Pardo reclama "herramientas" para la correcta gestión. Como por ejemplo, que la guardería ambiental pueda "actuar" si ve comportamientos que no son correctos.

El autobús arranca, cinturones abrochados. Toda precaución será poca para la puesta en marcha de los planes de aprovechamiento turístico en las zonas oseras que están recuperando su población. Si bien lugares con más ejemplares -como Somiedo- ya tienen ejemplos de éxito, en zonas como Lena habrá que dar pequeños pasos. María Párraga, técnico de la FOP y coordinadora de este proyecto con el sector, explicó que "si no hacemos para que se beneficien las dos partes, la especie y los vecinos de la zona, corremos el riesgo de retroceder en la recuperación".

Ella va sentada en uno de los asientos delanteros y escucha las conversaciones de los asistentes al curso, mientras el autobús sube el puerto de La Cobertoria. "Entre las cuestiones que más nos han llamado la atención, están los posibles perjuicios que podría causar un acercamiento no adecuado de los turistas a los osos", señala Luis Núñez, presidente de Asturcentral.

Los osos podrían reaccionar de dos formas distintas, totalmente contrapuestas, si los turistas "invadieran" sin control su espacio. Según María Párraga, "si se está invadiendo de forma constante su territorio, el oso puede abandonar su área de campeo". La especie se iría del concejo y se llevaría con ella todos los buenos augurios para el sector turístico. El otro peligro es la creación de osos "habituados", es decir, osos que están tan acostumbrados a la presencia humana que podrían resultar conflictivos en los pueblos.

"Evidentemente, eso no es lo que queremos. Lo que se busca es que el oso genere empleo y asiente población a largo plazo en estas zonas", afirmó María Párraga. Ella encabeza la excursión, aunque hay otros expertos en el grupo. Es el caso del técnico de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Lena, David Barraso, que se unió al recorrido por las Ubiñas. Cuando arranquen las visitas, si algún proyecto de explotación turística sale adelante, será "imprescindible" que los guías estén acreditados.

El objetivo del recorrido por el parque natural es avistar osos, pero no parece el día idóneo: hay demasiada niebla. El autobús se detiene en una zona verde, en Cortes (Quirós). "También será necesario establecer, de una forma muy clara, los lugares y los tiempos para el avistamiento de la especie. El número de excursiones no podrá ser ilimitado", señaló la técnica de la FOP.

Poner de acuerdo a todos los actores implicados en este nuevo reto de la recuperación de la especie -administración, conservacionistas, ganaderos, hosteleros- será lo más complicado. "Hay que aunar esfuerzos para que esos colectivos sean partícipes y estén de acuerdo", afirma Párraga, tapándose con su chaqueta negra. La temperatura ha descendido un poco.

Si todo sale bien, la satisfacción de los turistas está asegurada. "Nos interesa que vuelvan a casa con la idea de que han conocido una joya natural, el oso y su entorno". Con estos deberes hechos, según Párraga, "será fácil sensibilizar a visitantes y vecinos de la necesidad de mantener el entorno en las mejores condiciones posibles".

De vuelta al autobús, el viaje sigue en dirección al embalse de Valdemurio. Parece que hay un claro y el grupo se sienta en una zona verde para intentar visualizar algún ejemplar de oso pardo. Es muy difícil porque la meteorología no ayuda pero, aún así, han podido beneficiarse de otro de los "pros" del turismo osero: sentir la calma y la libertad que sólo hay en el monte. Quien respiró en las Ubiñas lo sabe.

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