Un perro que se refugia en un edificio abandonado de Sama mantiene en jaque desde hace cinco días a la Policía Local de Langreo y a los responsables de la perrera municipal, que han realizado varios intentos infructuosos para acercarse al animal y poder rescatarlo. Por el momento no se sabe si el animal está perdido o ha sido abandonado, ya que se muestra huidizo y no deja que los trabajadores del albergue canino se acerquen a él para comprobar si se lleva chip de identificación. Cuando ve que alguien se acerca, el can huye hasta los tejados próximos o se escabulle por los recovecos del edificio. Se le ha dejado comida a la espera de poder rescatarlo y atenderlo en la perrera municipal.

El perro está en una casa abandonada de Sama, en la calle Alonso Nart, que tiene la entrada tapiada. El personal de la perrera municipal ha accedido en varias ocasiones hasta la zona en la que se encuentra el animal, utilizando una escalera, pero no han sido capaces de recoger al animal. Una vecina fue la primera en dar la voz de alarma, el pasado sábado, al alertar de la presencia del animal en el edificio. Según fuentes policiales, el lunes, un vecino puso el caso en conocimiento de la Policía, que se acercó al inmueble en dos ocasiones sin lograr acceder hasta el can. Un día después, un trabajador de la perrera, con ayuda de los agentes, pudo entrar en la casa, pero el animal se escapó a un tejado. Trató llegar hasta el animal para calmarlo por diversos medios, pero no fue posible. En la jornada de ayer volvieron a repetirse los intentos, pero de nuevo resultaron infructuosos.

La edil Blanca Pantiga aseguró que hay que tener "paciencia" para poder llegar hasta el animal, "porque se encuentra muy asustado y huye en cuanto percibe que hay gente cerca. Ya tuvimos un caso similar con un mastín en Ciaño y tardamos dos meses en recogerlo".

La concejala expuso que se ha dejado comida al perro para que no corra riesgo de inanición. "Una de las ideas que se barajan es dormirlo con un dardo tranquilizante, pero hay que tener paciencia para que pierda el miedo y nos deje acercarnos a él", concluyó Pantiga.