San Xuan es un patrón especialmente dubitativo, incluso podría decirse que en ocasiones algo caprichoso. ¿Agua o fuego? ¿Noche o día? ¿Foguera o fuentes? Esta vez no tocó orbayu. Tocó fuego. Las fiestas de Mieres se adentraron ayer en su apoteosis final con calor. "Hace unos años también vinimos por San Xuan y llovía bastante, además no vimos el acarreo de la leña porque los bueyes se perdieron y no aparecieron. Entonces no tuvimos mucha suerte", explicaban al mediodía Iván y Antonia, un matrimonio de jubilados natural de Murcia con familia en Ujo. Ayer tampoco pudieron disfrutar de un programa completo. El patrón cumplió con casi todas las tradiciones, que no son pocas, y lo hizo, primero, bajo la primera luz estival del año y, más tarde, al calor de las llamas de la foguera. Lo curioso es que volvieron a faltar los bueyes.

Una bien ordenada pirámide de madera de castaño estuvo durante toda la jornada de ayer bien custodiada frente al Ayuntamiento. A ningún mierense le sorprendió. La última carga de madera, un acto simbólico, se hizo sobre las ocho de la tarde. Se trata de la recreación del tradicional acarreo de leña para la foguera en carros del país. Se hizo sin los bueyes, dos enormes ejemplares, que no hicieron acto de presencia. Hubo que conformarse con la música de bandas de gaitas y grupos folclóricos. La torre se alzó sobre una tonelada de tablones y troncos. Pasada la medianoche la pila comenzó a arder para que Mieres disfrutara de la luz y el calor de la foguera de San Xuan. El fuego no superó los seis metros de altura porque, tal y como decidió el Ayuntamiento hace ya unos años, una altura superior desprende mucho calor y hace prácticamente imposible a los asistentes bailar la danza prima.

Y es que no hay noche de San Xuan sin "danza prima". José Manuel García canta desde hace más de dos décadas el popular tema: "Todo se ensaya con esmero y somos un equipo bien compenetrado", puntualizó en los prolegómenos. Junto a él estuvieron Ángeles Nespral y los componentes del grupo folclórico "El Artuxu". No se trata de un baile fugaz. La danza del patrón exige entrega. Al final, unos 45 minutos ininterrumpidos de canción. En la plaza del Ayuntamiento, en torno al fuego, miles de personas de la mano dieron vueltas alrededor de la foguera escenificando los conocidos pasos de la danza, una coreografía que los mierenses hace mucho tiempo que no necesitan ensayar.

Con la foguera la dimensión se mantuvo contenida por motivos de seguridad, pero donde las patronales no escatimaron en cantidad fue en el patio de los colegios Aniceto Sela y Liceo. Allí, los miembros de la Asociación de Festejos San Bartolomé de Baíña comenzaron por la tarde a preparar la cena. Un encuentro que se lleva celebrando desde hace dos décadas. Unos 50 kilos de arroz, 40 de pollo, otros tantos de costilla de cerdo y 20 de salchichas. Se prepararon unas 250 raciones. Los comensales acudieron en buen número. La otra gran cita de la pasada noche estaba en el parque Jovellanos. Al cierre de esta edición la banda canaria "Efecto Pasillo" se preparaba para actuar.