El acostumbrado semblante entre mesurado y discreto que acompaña a Javier Fernández en sus apariciones públicas estalló ayer en metralla de pura emoción, que, aunque contenida, no pudo ser reprimida. El presidente del Principado llegó al borde mismo de las lágrimas y su turbación fue más que evidente, con dificultades incluso para sostener unos pocos folios. En sus temblorosas manos tenía escritas unas palabras de agradecimiento para los galardones "Mierenses en el Mundo", premios que ayer le concedieron su medalla de honor. Las leyó con dificultad durante una gala que desde la agrupación socialista de Mieres se quiso boicotear: "Mi desprecio más absoluto a todos ellos: premiado y premiadores", se llegó a decir en un grupo de Whatsapp interno en el que se lanzaron duros reproches a Fernández. El acto de ayer terminó convertido en un efusivo desagravio para el veterano dirigente.

"Nunca antes lo habíamos visto tan emocionado. Se le han juntado muchas cosas". Un estrecho colaborador de Javier Fernández reconoció ayer tras la gala celebrada en la Casa de Cultura de Mieres lo que fue evidente para el numeroso público que llenó el auditorio. "Ha influido que se ha acordado de su familia y que ya le queda poco en política, pero también ha pesado el trato que ha recibido de algunos compañeros", apuntaron desde el entorno del Presidente. El boicot de la FSA resultó fallido. Javier Fernández fue recibido con una ovación que hizo retumbar la amplia sala. La despedida fue aún más impresionante, con 300 personas puestas en pie sin querer dejar de aplaudir. Es muy probable que en su dilatada carrera política jamas haya recibido el cariño que ayer se le entregó en Mieres.

Javier Fernández dijo ayer mucho más con su lenguaje corporal que con las palabras, aunque no evitó mandar mensajes entre líneas: "Podría hablaros de política. Resultaría sencillo: es un camino conocido, que recorro desde hace bastantes años, y ahora que ya avizoro las últimas curvas, cuando no tengo más ambición que finalizarlo honrada y cabalmente, leal a mi conciencia, a mi pensamiento y a mi tierra, podría consentirme algunos desahogos. Pero eso sería impropio y muy poco elegante con vosotros", apuntó tembloroso sobre el escenario.

Honesto, dialogante e íntegro fueron calificativos que ayer se asociaron a la figura del Presidente y que salieron de muchas bocas. Para empezar, la del Padre Ángel. En lo político, Javier Fernández no estuvo solo. Lo acompañó un amplio destacamento de la viaja guardia del PSOE. Estuvieron en Mieres varios consejeros, como Guillermo Martínez (Presidencia), Francisco del Busto (Sanidad), Isaac Pola (Empleo) y Genaro Alonso (Cultura). También asistieron a la gala dos expresidentes regionales, Vicente Álvarez Areces y Antonio Trevín. No faltaron asimismo los últimos exsecretarios generales del PSOE de Mieres, Balbino Dosantos y Jesús Gutiérrez; varios directores generales y otros cargos del partido. Pero ni rastro de la actual cúpula de la agrupación socialista, del SOMA ni de la FSA. No se habló de ello, aunque las ausencias se percibían en el ambiente: "Creo que no hay que sobrevalorar la situación que se ha generado. La mayoría de la gente sensata sabe que las diferencias del debate político hay que superarlas. Yo he vivido muchas tensiones y críticas, pero lo que hay que hacer es levantar la mirada y reconocernos como parte integrante de un proyecto que busca servir a los ciudadanos", apuntó Vicente Álvarez Areces.

De momento, en Mieres las diferencias políticas en el seno del PSOE parecen estar aún lejos de superarse. Este diario puedo saber ayer que la concejala Norma Rebollo, la única dirigente local que acudió al acto, sopesa dimitir tras el intento de la dirección local de utilizarla para camuflar el boicot al evento.