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Un ejemplo de reconversión de éxito en Francia

El municipio francés de Loos-en-Gohelle, que cerró todas sus minas en los 80, es ahora un referente a nivel europeo en la apuesta por las energías verdes y la construcción sostenible

Loos-en-Gohelle, antes de iniciarse la reconversión del sector del carbón.

"En los años 70 ya sabíamos que iban a cerrar las minas. Había dos actitudes. Una, la que rechazaba esta evidencia. Otra, la de comenzar de nuevo, aprovechando todo lo que sabemos y recordando lo que fuimos". Quien así habla es Jean-François Caron, alcalde de la localidad francesa de Loos-en-Gohelle desde 2001. Su pueblo, de alrededor de 8.000 habitantes, ha sido puesto como ejemplo en diversos ámbitos -desde su país, Francia, a la Unión Europea- como un modelo de reconversión minera con éxito. Un camino que "no ha sido fácil", pero que se ha acabado asentando, generando una economía alternativa a la tradicional explotación del carbón, basada en cuatro pilares fundamentales: Las energías renovables, tanto desde el punto de vista experimental como de producción de electricidad; la construcción sostenible, la recuperación del patrimonio y las nuevas tecnologías. La descarbonización por la que ahora aboga la UE y el nuevo Gobierno de España hace ya treinta años que se produjo en el norte de Francia.

"Hay que anticiparse al futuro", afirma Jean-François Caron. Ese futuro soñado para Loos-en-Gohelle pasaba por seguir vinculados al sector de la energía, pero con las minas cerradas, ¿cómo hacerlo? La respuesta se dio a mediados de los años 90, con la energía solar y eólica casi en pañales. Esta fue la apuesta del pueblo, que celebró "decenas de reuniones" para marcar su hoja de ruta. Junto a las energías renovables, también había en la localidad un gran problema con la vivienda. En su mayor parte eran casas y pisos obreros, cuyas calefacciones funcionaban a base de carbón y que se habían construido décadas atrás. La construcción eficiente fue entonces otro de los pilares en los que se basó el resurgir de la comuna (municipio). Se desarrollaron programas de formación para los trabajadores y planes de rehabilitación de estas viviendas. Estos planes siguieron los criterios de construcción eficiente y sostenible, lo que logró reducir su consumo energético en un 90 por ciento.

La tercera apuesta -en ese caso sí, similar a la realizada en las Cuencas mineras asturianas- fue la de las empresas de nuevas tecnologías, que han ido asentándose en la zona, no sólo en Loos-en-Gohelle, atraídas en muchos casos por el "tractor" de esta economía, las nuevas energías. Los resultados de esta reconversión son una tasa de desempleo inferior en 3 puntos a los de la región de Lens, que abogó por la automoción en su reconversión, y ser un ejemplo de nueva economía a nivel continental. El Gobierno francés ha acabado haciendo de Loos-en-Gohelle su "laboratorio" para la experimentación e investigación en nuevas energías, a través de su Centro de Recursos para el Desarrollo Sostenible.

Visita asturiana

La fama de la localidad ha traspasado las fronteras de su departamento (región) y de su país. Esta semana, una delegación asturiana de Podemos visitó el pueblo y se reunió con su Alcalde. Entre los asistentes estuvieron la coportavoz parlamentaria de la formación en la Junta General, Lorena Gil, y el diputado nacional Segundo González. "Apostamos por una transición progresiva, manteniendo el empleo. Lamentamos que no haya una política industrial", y "miramos a Loos-en-Gohelle como un ejemplo de transición justa". Segundo González añadió que "hay que aprender de los modelos de éxito para no repetir los errores del pasado que se cometieron en Asturias". "El Plan de Transición Energética" que propone el nuevo Gobierno "debe tener en cuenta la creación de puestos de trabajo alternativos y la inversión por parte del Estado", apuntó el diputado.

Otro pilar económico que ha ido afianzando progresivamente es el de la recuperación del patrimonio minero y la llegada del turismo a la zona. Los nueve pozos que había en la comuna se restauraron, y se les dieron distintos usos, entre ellos el turístico. Además, las dos mayores escombreras de estériles se dejaron en su lugar. Fue una decisión, como muchas otras, "tomada en una reunión de los vecinos". Con casi 150 metros de altura, estas pilas de forma piramidal dominan todo el entorno, y se han convertido "en nuestro símbolo y en un recordatorio de lo que somos, de dónde venimos", afirmaba en una entrevista a LA NUEVA ESPAÑA Jean-François Caron. Todo este entorno minero ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO -en Asturias no se ha dado ni un paso en este sentido-, con el consiguiente impulso a la actividad cultural y turística.

Las escombreras, símbolo de la degradación ambiental de la minería, también han sido declaradas reserva natural, y la flora y la fauna las han reconquistado. Son también el epicentro de numerosas actividades al aire libre relacionadas con el deporte y la salud.

Una de las grandes ventajas de la apuesta por las energías renovables es que se trata de un sector económico que necesita de una evolución y una inversión en I+D+i constante. En la localidad también se encuentra el Centro de Competitividad para el Reciclado de Materiales, que recibe una inversión estatal de 12 millones para investigación. Una instalación que complementa al Centro de Recursos para el Desarrollo Sostenible, en el que se analizan las soluciones que se pueden dar a problemas energéticos del día a día.

La producción de energías renovables no solo beneficia a las empresas instaladas en la zona. También los vecinos salen ganando, ya que apenas tienen que pagar por la energía que consumen: son autosuficientes, por lo que, junto con las mejoras incorporadas en las viviendas de la zona -la construcción sostenible-, hace que apenas tengan gastos energéticos. De hecho, incluso llegan a exportar su exceso de producción, que incorporan al sistema eléctrico.

Otra seña de identidad de Loos-en-Gohelle son las constantes consultas a la ciudadanía. Las asambleas de vecinos son prácticamente semanales. El año pasado hubo un total de cincuenta, y en ellas se toman todo tipo de decisiones de forma comunitaria. Los grandes debates del pasado -la orientación que se le quería dar a la economía del pueblo una vez cerradas las minas- requirieron "de muchas reuniones", explicaba el alcalde por Los Verdes, Jean-François Caron. En la instalación de empresas se da prioridad a las pequeñas compañías y a los autónomos, que generan un tejido económico más fuerte y más unido al territorio que las grandes compañías.

El Alcalde piensa en su pueblo y en los vecinos como en "unos pioneros del Oeste", que deben ir "avanzando poco a poco, y que nos adentramos en terreno desconocido, pero siendo los primeros, contando con las ciencias humanas y las de los avances científicos". Como en todos los sitios, Loos-en-Gohelle también tiene sus problemas, eclipsados en parte ahora gracias al éxito de su reconversión, analizado en toda Europa. Tienen una tasa de paro mucho más baja que el resto de la región, pero aún así "podemos mejorar". Caron califica la actual situación económica como la "Tercera Revolución Industrial", basada "en el conocimiento. Las nuevas tecnologías y el mantenimiento de los recursos serán claves".

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