Por mucho que el Imperio avance, los astures nunca se rinden. La organización del Festival Astur-Romano de Carabanzo se ha visto obligada a suspender el encuentro este año, tras fallar la empresa de recreación. Pero los guerreros y guerreras fieles a este encuentro del verano en las Cuencas no invocan aún a los dioses: está previsto que el festival vuelva el próximo año con fuerzas renovadas. "Nuestro ánimo está intacto, nuestro máximo objetivo es seguir", afirmaron fuentes de la organización.

El Festival Astur-Romano nació hace ya trece años. La asociación Jóvenes de Carabanzo encabezaba entonces la organización. Pero que aquella idea saliera adelante fue el esfuerzo de todo el pueblo, y consiguieron que todas las entidades se involucraran: la de mujeres, la de mayores, el club ecuestre y la entidad vecinal. Todos a una: a vencer a Roma.

Así nació el encuentro. Durante tres días, a mediados de agosto, Carabanzo se convertía en "Carabantius". Sus vecinos se transformaban en fuertes guerreros, listos para plantar cara al avance de Roma. El programa llegaba a su punto álgido con la celebración de la batalla: más de medio millar de figurantes recreaban las luchas entre los astures y los legionarios.

"Nosotros trabajamos mucho todo el año para el festival, pero hay labores de las que no nos podemos ocupar", explicó ayer Tere Fernández, de la asociación Muyeres de Carabanzo y miembro de la junta directiva. Toda la dirección y producción de la batalla, y otras recreaciones como el entierro astur, dependían de una empresa externa. La compañía encargada para este año ha tenido un problema de última hora y no podrá estar en Carabanzo: "Fue imposible que encontráramos otra empresa que se ajustara a nuestro presupuesto, pero lo resolveremos para el próximo año", apuntaron desde la organización.

No han estado solos. El Ayuntamiento de Lena los ha apoyado en todo momento y la organización sabe "que podemos contar con los responsables municipales para todo lo que necesitemos". También han estado arropados en las redes sociales. Desde que, hace unos días, anunciaran en su página de Facebook que no se celebraría el festival, los mensajes no han dejado de llegar. "Sentimos el cariño de la gente, están dándonos fuerza en un momento que realmente ha sido complicado".

Son muchos los que cada año apuestan por Carabanzo para revivir las luchas astures. Tantos como los más de tres mil romeros que acudían cada año a los conciertos de noche, o los más de siete mil que llenaban el prau para ver la batalla. Volverán, dicen, para batir récords de asistencia. Seguro que sí: a estos astures no hay batalla que se les resista.