Si el sábado tocaba a ciclistas de toda Asturias sudar la gota gorda con su bicicleta, ayer fue a los vecinos de Cenera a los que les tocó recuperar el aliento con una gran corderada que dejaron un año más en manos del veterano Manuel Morán: "Llevo 54 años asando corderos", reconocía mientras preparaba unos criollos. Y matizaba: "Empecé con 15 años acompañando a los asadores y, ahora, que estoy jubilado, es a lo que me dedico por el verano".

Sin embargo, los jóvenes ya no parecen interesarse por este oficio, lo que puede provocar la desaparición de una de las tradiciones gastronómicas asturianas por antonomasia: "Mi hijo no quiere aprender a asarlos, así que no sé en qué va a quedar la corderada de las fiestas populares asturianas", explicaba.

Un futuro incierto

Alejados del abrasador fuego que Morán llevaba toda la mañana atizando para asar los corderos y probablemente también lejos de las preocupaciones que rondaban la cabeza del asador, los invitados disfrutaban de la sesión vermú con bollos preñaos y sidra a pocos minutos de empezar a degustar el verdadero manjar.

Pepín Álvarez, presidente de la Asociación "Por una Cenera Mejor", hablaba con otros miembros de la asociación y lamentaba que las fiestas ya no estuviesen tan concurridas como antes "por los impedimentos, porque solo queda gente mayor y porque los jóvenes prefieren la fiesta de la noche a la de la mañana". José Antonio Fernández "Toño", natural de Cenera, reconocía que "las fiestas eran grandes y ahora ya queda poca cosa".

Pero que este año hubiese menos gente no era motivo suficiente para desaprovechar un día de sol en compañía de vecinos y familiares en Cenera. Con pelo azul y una sonrisa de oreja a oreja, Andrea Fernández celebraba las fiestas de su pueblo con su hija, que miraba desde la sillita todo el follón, tratando de no perderse ningún detalle. Aunque reconocía que este año había menos gente, ella no podía faltar: "Tengo 32 años, soy de Cenera, he venido toda la vida y ahora, vengo con mi hija".

Con Morán asando cordero, el sol y la brisa del valle acompañando la celebración y la tradición asturiana del Museo Costumbrista Benjamín Pumarada como bandera del pueblo, los vecinos de Cenera celebraron un año más sus fiestas patronales y guardaron fuerzas para acudir hoy al evento más importante: el nombramiento del "Abuelo del año" de Cenera.