La Consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente cederá al Ayuntamiento de Caso el edificio construido para albergar la Casa del Urogallo, que permanece sin uso ocho años después de ser levantado. Los trámites están avanzados, aseguró el Alcalde, Miguel Fernández, que confía en que en breve les entregue las llaves del edificio, uno de los proyectos del denominado Parque de la Fauna de Redes.

El destino de la edificación no está aún decidido. El previsto inicialmente, un museo en el que se mostrasen contenidos relacionados con el urogallo e incluso permitiese ver imágenes en vivo del centro de cría de cría del urogallo cantábrico, situado en Sobrescobio, no fructificó. El regidor pretende ahora que la opinión de los vecinos de Tarna cuente para buscar el uso idóneo para estas instalaciones. "Queremos decidirlo en conjunto con el pueblo de Tarna y cedérselo", afirmó. Serían los vecinos de la localidad casina los que gestionarían el edificio construido para convertirse en Casa del Urogallo. Entre las ideas que traslada el Alcalde como posibles destinos del edificio figura un centro social o "un albergue en el pueblo más alto del concejo, interesante para el invierno".

Tiene que ser, subrayó Fernández, "un equipamiento para el pueblo de Tarna y sus gentes". El gobierno local pretende redactar, cuando reciba las llaves del edificio, un informe, con la ayuda de los servicios de la Mancomunidad Valle del Nalón, para determinar si la instalación está bien. El Ayuntamiento había cedido el edificio al Principado para destinarlo a museo pero al no cumplirse lo recuperará.

La Casa del Urogallo fue inaugurada en 2010 sin equipamiento interior ni suministro eléctrico. Los planes del Principado apuntaban al otoño de ese año para recibir a los primeros visitantes pero finalmente no fue así y el edificio permanece sin uso. La aportación del Principado ascendió a 676.766 euros. La construcción del inmueble se llevó a cabo en el solar que ocupaban las antiguas escuelas de Tarna. Su derribo y la transformación en un edificio con una fisonomía distinta a las del entorno generó polémica entre los vecinos, que no querían que se tirase la escuela.