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El puente que surgió del óxido

Feve culmina la rehabilitación del paso de la vieja plataforma que da acceso a la estación de Mieres, mejorando su estética y seguridad

El puente de acceso a la estación de Mieres, tras su rehabilitación. FERNANDO GEIJO

El puente metálico de Feve que se encuentra en las proximidades de la estación de Mieres presenta un aspecto que poco recuerda a la oxidada estructura que hasta hace unos meses soportaba el paso diario de los trenes. Las obras abordadas por el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) no sólo han mejorado considerablemente la estética de este histórico puente, sino que han reforzado su seguridad. El puente luce nuevo.

La estructura ferroviaria que permite salvar el río Caudal se encuentra junto al paseo fluvial, muy cerca de la parcela habilitada para el juego libre de perros. Su visibilidad está parcialmente abrigada por la elevación de la senda que conecta con el puente La Perra: "Antes era una suerte que el puente no se viera, pero ahora casi da pena no poderlo ver bien, ya que el cambio para mejor es evidente", apunta Amparo Gómez, habitual de este espacio de recreo.

Los trabajos que se han ejecutado han durado varios meses. Las obras se realizaron casi por completo en horario nocturno para no interferir en los servicios ferroviarios. La actuación, según las fuentes consultadas, buscaba reforzar la seguridad de una estructura que se encontraba bastante deteriorada debido a su antigüedad. De hecho, se han sustituido muchas de las piezas integradas en la infraestructura.

El Adif revisó en 2016 el estado de los puentes que vertebran el trazado de Feve en la comarca del Caudal. Tras evaluar que las deficiencias eran mayores de lo previsto inicialmente, se decidió proceder a solucionar los problemas que se detectaron. Las obras, que arrancaron hace un año, han permitido reforzar la estabilidad y resistencia del puente ante el paso de los trenes. Esta estructura permite salvar el río Caudal y tiene un elevado volumen de tráfico. Se encuentra a pocos metros de la estación de Mieres.

Se trata de una actuación encaminada a mejorar la seguridad en la red ferroviaria. La última intervención de este tipo se hizo no hace mucho en el puente de Santa Eulalia, en Morcín. Las tareas que se ejecutan en Mieres incluyeron el revisado los anclajes, las sujeciones y el estado de los remates. Además, el puente ha recuperado su donaire, con una mejora estética que llama la atención.

La conservación de las infraestructuras ferroviarias, según la normativa vigente, es una necesidad básica, tanto para la seguridad del tráfico ferroviario, como para el mantenimiento de un adecuado nivel de servicio durante su vida útil. "Los puentes de ferrocarril constituyen puntos vitales de dichas infraestructuras, por lo que su mantenimiento y conservación requiere una atención especial", remarcan los expertos. Ello obliga a llevar a cabo inspecciones técnicas de carácter periódico, así como, en su caso, las reparaciones que procedan, "con la finalidad, por una parte, de evitar riesgos que puedan producir accidentes, con posibles daños a personas y bienes, e interrupciones de un servicio básico de transportes como es el ferroviario y, por otra, de mantenerlos en condiciones adecuadas de uso, minimizando los costes asociados a su conservación".

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