Asla argumenta que pagar 3 millones de euros por los terrenos de Reicastro es un precio excesivo. Valoraciones empresariales al margen, lo cierto es que incluso sumando a la citada cantidad el gasto del otro millón de euros supuestamente necesario para la reorganización de viales, la cantidad resultante sería inferior a lo que Hunosa invirtió hace siete años en la urbanización de los terrenos para cumplir la promesa que Luis Tejuca, por entonces presidente de la empresa, hizo en 2002: "Será el mejor polígono de la comarca". Tras un gasto de 4.5 millones de euros en la urbanización y una larga lista de proyectos fallidos, el prometedor parque empresarial mierense solo ha visto crecer la maleza, que algunas zonas de la parcela ya levanta por encima de los tres metros de altura.

La antigua escombrera de Reicastro se encuentra anexa al paseo fluvial del Río Caudal, a un puñado de pasos de Ujo. Muchos vecinos de esta localidad y usuarios de la citada senda utilizan los viales del solar como zona de esparcimiento. Unos toman el sol en los bancos, otros pasean perros, otros corren e incluso resulta habitual ver ciclistas pedaleando a cubierto del tráfico. La parálisis del polígono puede cifrarse en seis años si se toma como referencia el desarrollo del proyecto de urbanización de los terrenos para uso industrial, labores que acabaron a principios de 2012. Pero también podría situarse en 12 años, ya que los trabajos de retirada de estériles en la antigua escombrera próxima a Ujo concluyeron en mayo de 2006, dejando el terreno despejado para el uso empresarial, según señaló entonces Hunosa. Normal parece que los vecinos ya vean la explanada como una especie de parque.

La antigua escombrera de Reicastro es en estos momentos la mayor bolsa de suelo industrial de que dispone Mieres y prácticamente la mayor del valle del Caudal tras el desarrollo de Argame y, parcialmente, de Villallana. El primer proyecto que trascendió para Reicastro lo promovió la compañía Ingeniería de Cerramientos y Fachadas Llanera, que planteó una inversión de casi ocho millones de euros y la creación de 38 nuevos puestos de trabajo. Luego hubo contactos con GAM y Rioglass, pero la lenta gestación del polígono truncó estas opciones. Se llegó a plantear la posibilidad de que el hospital de Santullano se construyera en estos terrenos y Hunosa estudio poner en marcha en Reicastro una central de biomasa. El interés de Asla ha sido el más consistente, pero al final ha quedado enterrado en esta gran panteón de proyectos abortados.