Pocos de los actuales vecinos de La Rebollá conocieron "La Burrá" original, esa romería que se celebraba hace más de medio siglo en el pueblo. Sin embargo, todos están felices de que se haya recuperado este tradicional festejo. "Lo mejor de esta fiesta es que el pueblo tiene una excusa para juntarse", celebraba Tonín Cañas, vecino del mítico pueblo mierense. Tras más de cuatro décadas de parón, la Asociación de Vecinos "La Fuentina" decidió retomar, en 2014, esta festividad, que ayer celebró su cuarta edición con un día de sol radiante.

Pero no bastó con que ayer el tiempo acompañase, porque las lluvias de los días anteriores no permitieron que la fiesta se celebrara en el lugar previsto. Tras seis meses de trabajo para habilitar el prau Purrusalda, la fiesta ha tenido que celebrarse en el área recreativa del pueblo. "No queda otra: el camino al prau está embarrado y eso dificulta el acceso", explicaba Miguel Ángel Martín, presidente de la Asociación de Vecinos "La Fuentina". Lo bueno de que se celebre en el área recreativa es que los más veteranos no tendrán que preocuparse por la subida.

Custodio Fernández, natural de La Rebollada, y Tonín Cañas son dos de esos veteranos que conocieron las primeras celebraciones de esta fiesta. "Todavía recuerdo ver a los paisanos subir con los burros cargados de comida más allá del Padrún", rememora Fernández. "Antiguamente, la fiesta era solo para los hombres, que subían con vino, potas y pellejos y bajaban al anochecer", dice Cañas. Hoy, las mujeres también participan en la celebración y la de Cañas, concretamente, tiene mucho que aportar: "He hecho tortilla, carne empanada y de postre, fruta", explicaba satisfecha.

Si algo queda claro es que esta nueva versión de "La Burrá" ha sabido adaptarse a tiempos nuevos. Junto a la novedosa participación de las mujeres del pueblo, en la fiesta se respira un aire multicultural. Alexandra Radulova, natural de Moldavia, lleva 20 años casada con un vecino de La Rebollá y no ha querido perderse la celebración. "He venido con mi hijo, que lleva solo un mes y medio aquí, para que vea a los burrinos". Su hijo, que apenas ha tenido tiempo para aprender español, ya ha podido presenciar una tradición centenaria de un pueblo de la Comarca del Caudal. Una llegada a la región por todo lo alto.

Los vecinos de La Rebollá no fueron los únicos que disfrutaron del jolgorio. Llanos de Somerón y Ribono pusieron colofón ayer a sus fiestas con pasacalles de gaita y tambor y sesión vermú, entre otras actividades. La Madalena, por su parte, celebró Santiago con misa, ofrenda a Santa María de Magdalena, juegos tradicionales y yincana.