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El robo que dio la campanada en Fierros

La localidad lenense está indignada por la sustracción de la campana de la iglesia, de 80 kilos de peso: "Hemos perdido el norte", lamenta el párroco

Antonio López señala la iglesia.

Todo estaba listo para festejar el día del Carmen. Antonio López, párroco de Campomanes, acudió a primera hora de la mañana a la iglesia de San Martín de Puente de los Fierros, protegida como "Conjunto Histórico", junto a la casa rectoral y el puente- para los últimos retoques: un poco de limpieza en el pórtico, la sotana bien planchada y ¿las campanas? Una no suena. Cuando Antonio López levanta la vista al cielo, descubre que alguien la ha robado durante la noche.

Ochenta kilos de campana, aleación de cobre y bronce. El coste de una pieza parecida supera los 3.000 euros. El valor de la que ha desparecido, datada antes de la Guerra Civil, es incalculable. El párroco ha denunciado el suceso ante la Guardia Civil y el Arzobispado, que ha informado a la Consejería de Cultura (responsable del templo por su protección). "Me parece lamentable, hemos perdido el norte", afirmó ayer el religioso. Este robo recuerda a otras sustracciones, como poco "curiosas", en la zona. Como aquel lunes de abril, del año 2012, en el que el castillete de Olloniego amaneció sin una pata. Los ladrones nunca aparecieron.

Acceder a la iglesia de Fierros por carretera no es fácil. Es necesario cruzar el puente protegido, de unos dos metros de ancho. Así que es casi seguro que los autores del robo viajaban en un turismo. El párroco aseguró que ninguna de las puertas de acceso al templo estaba forzada: "Estoy seguro de que entraron por arriba", explicó López, señalando al tejado. Su teoría, que de momento no ha sido confirmada por la investigación, es que los ladrones escalaron hasta el tejado de la casa rectoral. Desde allí, pudieron usar una tabla muy larga para acceder a la cubierta del templo y llegar al campanario.

"Fue una operación complicada y peligrosa, eso seguro", afirmó el párroco. Y no mereció mucho la pena porque, según las fuentes consultadas por este diario, la venta de los metales no superará los mil euros. "Me parece una falta de respeto total para todos los asturianos, estamos hablando de una pieza del patrimonio de nuestra región", señaló el religioso. Los agentes de la Guardia Civil informaron al párroco de que no se han denunciado otros robos: "Le tendrían echado el ojo, ya no sé qué pensar".

Es un nuevo golpe para una iglesia que está envuelta en cierta polémica. Hace dos años, los vecinos pintaron las columnas del pórtico en color marrón y Cultura obligó a repintarlas en azul cielo. Así lo establecía el catálogo de Patrimonio, aunque la idea no contentó a casi nadie. "Ahora que ya nos estábamos haciendo a la nueva apariencia, pasa esto", señaló López, que tiene la vista puesta en la reposición de la campana. Ve "difícil" que la Administración encargue una nueva: "Tiene un coste elevado y tienen que hacerla en otra provincia, casi la damos por perdida". Es un hombre con recursos. Cuando llegó a la parroquia, hace ya más de tres décadas, descubrió que había sido sustraída la campana de la capilla de San Bartolomé, también en Fierros. Él construyó una de madera: "Quizás tenga que ponerme otra vez manos a la obra, ya veremos", comentó ayer, con una sonrisa cansada.

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