Materiales, energía y medio ambiente. Esas son las principales materias que se imparten en el congreso internacional que se desarrolla en el campus de Mieres. Un lugar, como destacaba Eduardo Álvarez, coordinador de esta iniciativa junto a Manuel Rico, "donde llevar proyectos en fases iniciales para intercambiar ideas con los otros investigadores".

Entre estos participantes se encontraba el investigador Aurelian Buzaianu, de Rumanía, que encabeza una investigación para optimizar el funcionamiento de las centrales geotérmicas. Buzaianu aseguró conocer la iniciativa desarrollada por Hunosa para el aprovechamiento geotérmico del agua de mina en el pozo Barredo. Un proyecto que, como apuntó, "se va a llevar también hasta Rumanía, como una manera de aprovechar las minas que ya están abandonadas, así le damos una utilidad más y es mucho menos peligroso que la actividad minera". Su proyecto de investigación se basa en la utilización de unos materiales cerámicos que consiguen alargar la vida de estas centrales geotérmicas, pero no sólo eso, también se pueden aplicar a los tubos donde se transporta el agua. De ahí que su iniciativa se podría aplicar en las instalaciones que existen ahora en Asturias.

Otro proyecto que también podría tener cabida en el Principado es el que encabeza Dalia Santa Cruz, de la Universidad Autónoma Metropolitana de México. Su investigación se centra en la separación y captura de dióxido de carbono "con una membrana zeolítica que ha sido sintetizada en la Universidad". Según explicó, "hemos utilizado una mezcla de gases sintéticos que simulan una mezcla real donde hay dióxido de carbono, que hemos conseguido separarlos y hacerlo reaccionar con unas soluciones obteniendo un sólido como el carbonato que después se puede vender en el mercado".

Soluciones

La investigadora señaló que de las tres soluciones en las que se trabajó, "dos fueron positivas y en la tercera estamos a la espera de los resultados". Tal y como señaló, "se puede aplicar a plantas generadoras de energía, como son las centrales térmicas, porque el material de la membrana tiene estabilidad térmica". En el caso de las centrales con carbón, "estoy convencida de que también se podría, aunque habría que evaluar otros parámetros, como las partículas que también hay tras la combustión".

Junto a Santa Cruz, también llegaron a Mieres de la misma universidad Samantha Arteaga y Javier Sampedro. La primera encabeza una investigación sobre las partículas y compuestos cancerígenos en las emisiones de diesel y biodiesel. "Las mezclas más óptimas para la reducción de emisiones son las de mayor composición e biodiesel", destacó, señalando que en México, "aún no está muy desarrollado el uso de estas mezclas". Sampedro, por su parte, estudia la contaminación en el agua y específicamente "con elementos que parecía que no hacían daño en la salud, como ocurre con el flúor, que en muchos países se echa al agua". Tal y como señaló, una alta concentración de flúor en el agua "puede ser muy perjudicial para la salud" e investigan cómo filtrarlo.