Un vecino de San Martín del Rey Aurelio ha aceptado esta mañana, antes de la celebración del juicio en la sala de lo penal de Langreo, una condena de cuatro años de prisión por "maltratar de forma continuada" a su mujer. Además, no podrá residir en San Martir de Rey Aurelio durante más de una década, según ha explicado la Fiscalía de Asturias en un escrito.

"El acusado es el marido de la víctima,con la que convivía en el municipio de San Martín del Rey Aurelio, y respecto de la que hace tiempo ejercía violencia continuada", según han explicado desde el Ministerio Fiscal. En este sentido, han señalado que "tras haber sido sometida a una intervención quirúrgica en el pecho y estando convaleciente, el acusado, el día 15 de noviembre de 2017, al recriminarle ella que hubiera bebido, la golpeó en el pecho y cogió un hacha mientras le decía que la iba a matar. Al intentar ella escapar, el acusado la agarró y la volvió a golpear en el pecho, diciendo que ella le estaba engañando y que la iba a matar".

Además, según ha manifestado la Fiscalía, "el día 16 de noviembre de 2017 por la noche, en el domicilio familiar, el acusado sacó una navaja y se la puso en el cuello, al tiempo que le decía que era una hija de puta, que la iba a rajar". Al día siguiente, "en la cocina del domicilio familiar, el acusado cogió un cuchillo jamonero y se lo puso en el cuello, diciendo que primero la mataba a ella y que luego se mataba él".

El relato de la Fiscalía continúa: "El día 25 de noviembre de 2017, al regresar el acusado al domicilio familiar sobre las 19:30 horas, cada vez que se cruzaba con ella por casa le decía 'hija de puta, puta, cago en tu puta madre'". Además, sobre las 00:30 horas, "al acusado le entraron ganas de comer y entró en la habitación en la que dormía la mujer diciendo: 'Zorra, llámame a (nombre de un establecimiento), que tengo yo perras'". Al contestarle que el establecimiento estaba cerrado, "el acusado comenzó a darle golpes en la cara, primero con un móvil y después con las manos". Al tratar de llamar a la Policía con su teléfono móvil, el acusado se lo cogió y lo destrozó. Fue valorado pericialmente en 290 euros.

El acusado salió de la habitación y ella cerró la puerta para evitar que volviera a entrar. No obstante, el acusado cogió un taburete de cocina y se puso a golpear la puerta. Al no lograrlo, le dijo "espérate, hija de puta" y se puso a romper la puerta con un hacha, que llegó a poner en el cuello. Una vez dentro de la habitación, le dijo "te mato, puta", momento en el que agentes de la Policía Nacional llamaron a la puerta.

Los daños ocasionados en la puerta fueron valorados pericialmente en 350,08 euros.

La mujer sufrió diversas lesiones, incluida una crisis de ansiedad, de las que tardó en curar 10 días, sin secuelas.