Los datos no mienten y dejan bien claro que el declive de la línea de Feve entre Gijón y Pola de Laviana es constante desde que comenzó este siglo. En el año 2000 alcanzó su número máximo de viajeros, 1.259.263. Una cifra que contrasta con los últimos datos disponibles, de 2016, cuando el tren a Gijón desde las Cuencas solo tuvo 440.000 usuarios. Es decir, en lo que va de siglo perdió 819.000 pasajeros al año, el 65 por ciento de los que usaban este transporte público.

El descenso fue moderado hasta 2005, cuando la línea aún contaba con 1.141.370 viajeros. A partir de ahí, el desplome. En 2010 eran ya solo 780754, y en 2016, la cifra más baja de la que se tiene constancia en la línea 440.000 viajeros. La crisis ha tenido algo que ver en la disminución de los desplazamientos, también la reducción de la población de las Cuencas. Pero es sobre todo el deterioro de la calidad de los servicios lo que denuncian los usuarios y los propios trabajadores de Feve, que hace unos años fue absorbida por Renfe.

La línea Laviana-Gijón llegó a tener varios servicios semidirectos al día que acortaban el viaje normal desde los 75 a los 52 minutos. Unos servicios que eran "muy competitivos", pero que se suprimieron para dar prioridad a los convoyes semidirectos entre Gijón-El Berrón-Oviedo (en parte de la zona sólo hay una vía, y sería necesario desdoblarla para que pudieran circular a la vez dos trenes). Una obra anunciada por el anterior ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, pero que está en el aire.