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Ante los robos en la plaza: "Es insufrible"

Los ladrones han entrado ya desde enero en casi todos los puestos del mercado mierense y causan daños cuantiosos por botines modestos: chorizos, calderilla y hasta la hucha de un niño de 3 años

Inés Martínez, en su carnicería, ayer por la mañana. J. R. SILVEIRA

Hurtos casi todos los días. Los comerciantes de la plaza de abastos de Mieres están sufriendo una oleada de robos desde principios de año. Los ladrones han entrado en prácticamente todos los establecimientos, por botines modestos: unos chorizos, calderilla de la caja o la hucha de un niño de tres años. No obstante, las pérdidas por arreglo de destrozos y jornadas perdidas durante las investigaciones son cuantiosas. "Queremos vigilancia, esto es inaguantable", clamaron ayer los comerciantes de la plaza. La situación es insostenible y los afectados mantendrán una reunión con el Ayuntamiento en unos días.

Es mediodía y la plaza bulle. Cris Puente Varela hace inventario en su establecimiento, la carnicería La Vega. "Entraron esta noche (por la madrugada de ayer), de momento no echamos nada en falta", explica la comerciante. Si acaso, los autores del robo pudieron llevarse unos chorizos "porque no los tenemos contados". Difícil comienzo para una joven que se hizo cargo de la tienda hace quince días: "Desde que llegué yo, creo que ha habido ya cuatro robos", señala. Justo enfrente, en la cafetería, está Roberto Güevea tras la barra: "Es constante, preguntadle a la chica de la otra carnicería, la que está justo detrás de este pasillo".

En el mostrador de la carnicería Enol está Inés Martínez. Otra joven emprendedora que ha padecido ya dos robos. "El primero no me importó mucho, fueron cinco euros. Pero este último, que fue el domingo, me ha tocado la fibra", señala. Más por el sentimiento que por la pérdida: los ladrones se llevaron la hucha con las propinas que ella guarda cada día para su pequeño Enol, de tres años. "Esto pasa porque estamos cero protegidos". dice.

La plaza de abastos tenía un guarda de seguridad, pero llegó la crisis y el servicio se omitió. "Ahora abren y cierran la plaza operarios de limpieza. Están trabajando y no pueden fijarse si entra alguien, o si se está cometiendo un robo en la otra esquina de la plaza", aseguran los afectados. De hecho, sospechan de una persona que "pasea todo el día por aquí" y no descartan que los autores de los robos se queden en la plaza por la noche para cometer sus fechorías. Todos los comerciantes se llevan la recaudación a casa a diario, por si acaso.

El domingo fue el "día D" para los ladrones. Además de la carnicería Enol, también entraron en la charcutería José y en la carnicería Sary. En este último establecimiento, por resignación, se lo toman con cierta sorna: "Somos el 'top ten' de los robos en la plaza de abastos", afirma Sara Pérez. Los ladrones han entrado ya cuatro veces en los últimos meses: "Creemos que son más de uno porque, en una ocasión, reventaron la puerta", señala Sara Villa, hija de Pérez. Ahora ya saben cómo entrar sin ocasionar daños: "Se llevan lo suelto que haya en la caja, si les dejamos algo. Pero nada de calderilla, de diez céntimos para arriba", comentan con un humor que no oculta su hartazgo.

Los ladrones parecen preferir las carnicerías, porque hay más género. Pero también han asaltado panaderías y fruterías. Los únicos que se han salvado, de momento, son los establecimientos más próximos a las puertas de acceso. Se lo han tomado con cierta resignación, hasta ahora: "Queremos vigilancia por parte de la policía o cámaras, algo que nos proteja", clamaron ayer. Una indignación que llega hasta los clientes, como Berta Cuervo. Se enteró ayer de lo que está ocurriendo cuando escuchó las quejas de Jose Gai, su carnicero de confianza: "Pues digo yo que si pasa esto en el centro de Mieres, qué será lo que no pueda pasar en un lugar más apartado".

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